El análisis del papel de los medios de información es fascinante. También es fascinante tratar de discurrir los posibles fines o motivos de las noticias que se informan, sin distinguir si están basadas en hechos o en rumores. ¿Se busca influir en los lectores a favor o en contra? O simplemente se trata de “vender más periódicos”, como le espeta Rafael Reyes Spíndola, “el creador del periodismo moderno en México”, al joven reporter de El Imparcial en la película “El Atentado” (Jorge Fons, 2010).
Claudio Lomnitz (Chile, 1957), en su breve libro El primer linchamiento de México (2015), analiza y discurre sobre ¿cómo trató la prensa de septiembre de 1897 el “lynchamiento” del hombre que quiso asesinar al presidente Porfirio Díaz? ¿Cómo influyó la prensa en la opinión pública? Para responder Claudio Lomnitz realiza una interesante revisión de la prensa y de los rumores durante el porfiriato.
Primero introduce el caso: Arnulfo Arroyo, era un borrachín que atentó contra el presidente Porfirio Díaz en el desfile del 16 de septiembre de 1897. Fue apresado y llevado a una oficina contigua a la del Inspector General de Policía Eduardo Velázquez. Unas horas después, en la madrugada del 17 de septiembre, una turba entró al Palacio, llegó hasta donde estaba Arroyo y lo asesinó a cuchillazos. El Inspector General de la Policía Velázquez fue culpado y apresado. En su celda en la cárcel de Belem se suicidó.
La revisión y análisis de la forma cómo los medios impresos fueron cubriendo lo que se llamó “el primer linchamiento de México”, lo lleva a hablar de un triple escándalo: el del atentado al presidente, el “lyinchamiento” del agresor y el suicidio ¿del conspirador? ¿El atentado a Díaz fue ocasionado por un solo hombre? ¿O es posible hablar de un complot? Si era un complot o conspiración ¿se buscaba el endurecimiento de una dictadura que estaba ese momento en la cúspide de su poder? Cualquier hipótesis pasaba por los medios de información.
Lomnitz habla de los medios, y específica y muy interesantemente del papel de los “rumores” en este hecho de finales del siglo XIX y reconstruye un catálogo “incompleto” de rumores ya que “el asunto Arroyo fue el primer acontecimiento mediático en provocar un profundo alboroto en la conciencia tranquila de la nueva sociedad progresista de México. También fue el primer escándalo público en validar la nueva economía de la prensa amarilla o “prensa de información”, como la llamaban sus adeptos”.
Lomnitz sugiere una Democracia noir en la cual se usaron el rumor y el enigma como estrategias narrativas alrededor de un solo evento en diversos medios impresos.
Caso especial fue el periódico El Imparcial, un periódico amarillista, al estilo americano, en el cual las noticias eran escritas por reporters, con enfoques de la criminología y con la inclusión de grabados espeluznantes.
“El Asunto Arroyo no concluyó con una sola e indiscutible explicación”, pero sí con tres tipos de sospechosos: el Estado (Díaz); la sociedad (el pueblo) y a veces Arnulfo Arroyo; y la clase política (Velázquez, la policía, funcionarios y oficiales de gobierno). “El rasgo más extraordinario del Asunto Arroyo es que cada una de estas categorías aparece en un momento como la agresora; y en otro, como la víctima”.
En relación con el papel del jefe de policía Eduardo Velázquez se repiten las mismas preguntas ¿siguió órdenes? ¿se adelantó a los deseos de Díaz? ¿Velázquez fue asesinado por Villavicencio por órdenes del autor del complot? ¿El ministro del Interior González Cosio o el mismo Díaz?
Arturo Villavicencio, el Inspector de la 2ª Demarcación, concluye Lomnitz, fue un personaje que a nadie caía bien y que era temido por todos, que se movía ágilmente entre criminales y círculos oficiales, “la persistencia de Villavicencio demostraba que, para el político exitoso, la línea entre el crimen y el Estado era borrosa”.
En 1897 Jesús M. Rábago publicó su Historia del gran crimen. El tema ha sido tratado por Jesús G. Sotomayor Garza, (Magnicidios y ocasos históricos en México, 2016).
Desde la ficción, Álvaro Uribe Mateos (Expediente del atentado, 2007) e Ignacio Solares (Asesinato del presidente Porfirio Díaz, 2011). Desde el cine el director Jorge Fons en “El atentado” (2010), basado en la novela de Álvaro Uribe.
Claudio Lomnitz Adler (Santiago de Chile, 1957)
Claudio Lomnitz. El primer linchamiento de México. México: El Colegio de México. 2015. 88 págs. Ed. Kindle.
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