Salvo Montalbano

Serie Salvo Montalbano (1994 a 2020)

A los 70 años de edad, Andrea Camilleri (Italia 1925-2019) crea a Salvo Montalbano. Lo hace comisario de Vigata, en la provincia de Montelusa, en la costa siciliana. Le da el apellido de Montalbano, como un homenaje al gran Manuel Vázquez Montalbán, lo hace tan sagaz como Pepe Carvalho e igualmente de gustoso por la buena comida, ¡todos los días!, a mediodía en la Trattoría de Enzo y en las noches en su casa, a orillas del Mediterráneo donde suele ir a nadar, los platillos que le deja preparados Adelina, su fiel asistente. Lidia es su novia que vive en Génova. Según la novela Una voz en la noche Salvo nació el 6 de septiembre de 1950.

Salvo Montalbano se ha convertido en un “héroe nacional italiano” gracias a las 29  novelas, cinco novelas cortas y 36 capítulos de televisión en los cuales Salvo es interpretado por el actor Luca Zingaretti. Recientemente se ha estrenado una nueva serie: «El joven Montalbano».

La primera novela de la serie es La forma del agua, la última es Riccardino.

 

La forma del agua (1994) nos introduce a las constantes del Comisario Montalbano: su casa a la orilla de la playa de Marinella, sus frecuentes salidas a nadar, su relación con Livia que vive en Génova, el gusto por comer y cenar suculentamente lo que Adelina le deja en su nevera. Su perfil es el de un policía muy heterodoxo y honrado. Le gusta la literatura y tiene un humor sarcástico e irritable.  Sus colegas-subordinados son también divertidos personajes, Mimi Augello, Fazo, el increíbe Catarella, el doctor Pasquano, y su jefe Bonetti-Alderighi.

Pino y Saro son dos jóvenes arquitectos técnicos desempleados, convertidos en “agentes ecológicos”, esto es “basureros”, de la compañía de limpieza de Vigata concesionada al pillo Yeyé, por el honorable Cosumano.  Su trabajo era limpiar un sector del aprisco, en las afuera del pueblo, junto a la barda que rodeaba un fábrica abandonada a la que la policía trataba de evitar a que entraran los “negros”, migrantes provenientes de África. El aprisco era un lugar de intercambio sexual, venta de drogas y demás. Una mañana Saro encontró un collar que parecía muy caro y que rápidamente escondió entre sus ropas. Luego Pino y Saro vieron extrañados un coche, en un lugar de muy difícil acceso, y dentro un hombre inmóvil, con la cabeza echada hacia atrás y los pantalones bajados, estaba muerto, reconocieron que era un político, el ingeniero Silvio Luparelo.

«Yo tenía unos diez años. Un día vi que mi amigo había puesto en el borde de un pozo un cuenco, una taza, una tetera, una caja cuadrada de lata… Había llenado de agua y observaba con atención. “¿Qué estás haciendo?”, le pregunté. Y él, a su vez, me hizo una pregunta: “¿Cuál es la forma del agua?”. “¡Pero si el agua no tiene forma!”, le dije, riendo: “el agua toma la forma que se le da”».

L'età del dubbio  

Mucho humor. Andrea Camilleri siempre nos hace reír.

En «L´età del dubbio», «La edad de la duda»(2012), Salvo Montalbano tiene cincuenta y ocho años y se enamora, no de Livia sino de una joven teniente Laura Belladona, lo que lo hace cambiar frecuentemente de ánimo y decir las más disparatadas mentiras a sus superiores. Durante un fuerte aguacero, rescata a una joven que se identifica como Vanna pero que también es el nombre de un grande y lujoso yate que va llegando a los muelles de Vigata.  El Vanna pertenece a Livia Giovannini una viuda que lo heredó de su esposo y que vive viajando. Habían avisado de que encontraron una lancha en alta-mar, con el cadáver de un hombre con el rostro deshecho.  En el muelle está anclada otra gran lancha de lujo, el As de corazones.  Por curiosidad y por instinto policíaco  Montalbano le pide a su amigo el subcomisario Mimi Augello que despliegue sus encantos y enamore a la dueña del yate que resulta ser adicta al sexo, y así ver qué descubre. Uno de los marineros del Venna es también asesinado.  El comisario Salvo Montalbano recorre el puerto de Vigata, se consuela comiendo en la Trattoria de Enzo y fumando gran cantidad de cigarrillos. Escribe a manera de carta dirigida a él sus observaciones y dudas sobre el caso, se apoya en los inspectores Fazio y Gallo e interpreta lo que el telefonista Catarella entendió, dice o quiso decir, hasta descubrir la relación entre las dos embarcaciones, los asesinos y el tráfico de diamantes.

Salvo Montalbano y Grazia Negro

Por la boca muere el pez  (Acqua in bocca, 2010) es el resultado de un muy bien logrado y divertido ejercicio de escribir una novela policíaca entre dos autores  italianos, Andrea Camilleri y Carlo Lucarelli, que ponen a sus respectivos detectives a investigar un asesinato. En vez de un narrador la acción se presenta con cartas y mensajes entre ellos, informes forenses, partes de policía, fotografías, cartas cifradas dentro de canelonis y tortelinis y noticias de periódicos.

La Inspectora en Jefe Grazia Negro (Carlo Lucarelli) de Bolonia envía un comunicado oficial al Comisario Salvo Montalbano (Andrea Camilleri) de Vigata solicitando su ayuda para esclarecer el asesinato de un tal Arturo Magnífico, quien se encontró asesinado con una bolsa de plástico en la cabeza, un charco de agua, sin un zapato y tres peces de la especie Betta Splendes.  Grazia le escribe a su colega que sus superiores no sólo la han sacado de la investigación sino que le han prohibido que se involucre.  Grazia y Salvo, a espaldas de sus superiores se envían comunicaciones (y parece que cuando lo estaban escribiendo, los autores no sabían lo que él otro iba a contestar) y pronto se dan cuenta de que están involucrados altos mandos y el servicio secreto llamado «servicios desviados».  Aparecen fugazmente los ayudantes o equipos de cada uno de ellos haciendo alguna tarea menor y por supuesto el embrollado Cantarella que siempre nos hace reir.

En La red de protección (2017) Vigata se ha convertido en un set vivo para el rodaje de una producción sueco-italiana.  Francesco Sabatello le entrega películas de plano fijo apuntando a una pared filmadas hacia los años cincuenta del año pasado cuando su hermano Emanuele se había matado.  En la clase de Salvuzzo, el hijo de Mimi Augello y Beba, Luigi Sciarabba es un compañero que es genio de la informática, está siendo abusado por sus compañeros y en su salón irrumpieron dos hombres enmascarados y armados. Salvo sigue su relación con Livia y el habla de Cantarella sigue igual de atropellado (o más).

En esta ocasión, en lugar de escribir un reseña, transcribo uno de sus párrafos, por aquello de que “para muestra, basta un botón”:Una vez solo, se sentó y dejó escapar un largo suspiro de satisfacción. A continuación, su cuerpo reaccionó como solía.

Sin previo aviso, le entró un hambre canina. Fue a la cocina y encontró en el horno una fuente de sardinas a beccafico. Decidió comérselas de inmediato, a pesar de que todavía era algo pronto. Puso la mesa en el porche, se sirvió una copa de vino blanco y se lo tomó con tanta calma que cuando hubo terminado ya había oscurecido. Recogió la mesa y bajó a la playa a dar una caminata para evitar los efectos de las peligrosas sardinas, pero lo que resultó más peligroso fue el paseo en sí, puesto que de pronto el pie izquierdo se le quedó cogido en algo a ras de arena y estuvo a punto de caerse. Se agachó y, a tientas, encontró y sacó un trozo de plástico. ¿Qué era? Encendió el mechero y, al ver un pedazo de red de color rojo y amarillo, recordó de qué se trataba. La habían colocado los del equipo de televisión, para proteger la zona de grabación, cuando habían estado trabajando en Marinella la noche anterior, pero era una protección simbólica, ya que la gente que había acudido a ver qué pasaba habría podido derribarla con facilidad. ¡Eso mismo, una protección simbólica! ¡Cuántas formas de protección había! Existía un deseo generalizado de protegerse de todo: de lo conocido, de lo desconocido, de lo que podría ser y no sería necesariamente, de quienes llegaban por mar, de quienes tenían otro Dios, de quienes tenían el mismo pero le rezaban de otro modo. Así pues, siempre era mejor tomar precauciones. Por eso se multiplicaban las formas de protección”.

Esta es la primera novela que Andrea Camilleri dictó debido a su ceguera.

 

El cocinero del Alcyon es la penúltima novela de Andrea Camilleri, fue publicada después de su fallecimiento en 2019.  En su nota de autor a este libro, Camilleri escribió que este relato había nacido como relato diez años atrás, como guion para una película italoamericana que nunca se realizó.  Camilleri escribió después una “nota a la nota” que comparto aquí:

Antes de mandar este libro a la imprenta, he querido que me lo releyeran. A pesar de que los capítulos no corresponden exactamente a diez páginas de mi ordenador como es habitual, a pesar de que Montalbano tiene una energía que hoy en día sólo conoce en sueños y a pesar de que los grandes narcos del mundo no necesitan reunirse físicamente en una goleta y les basta y les sobra con un clic, me gustaría señalar que el lenguaje es del todo contemporáneo, lo he actualizado por completo y me parece una buenísima novela de Montalbano. Y nada más; sólo quería añadir eso. A.C.”

El cocinero del Alcyon no sólo es una buenísima novela, sino divertidísima con un Camilleri manejando magistralmente el humor que despliega en todo lo que él escribe, las descripciones, los diálogos, las acciones, y sus juicios y reflexiones.

“Dicen que en una democracia el hombre es libre. ¿De verdad? ¿Y qué hace si el coche no arranca, el teléfono no funciona, no hay luz, agua ni gas, si el ordenador, el televisor y la nevera se niegan a ponerse a su servicio? Quizá sería mejor decir que, en efecto, el hombre es libre, pero se trata de una libertad condicional que depende de la voluntad de las cosas que hoy en día le resultan indispensables”.

 Trincanato es una empresa en Vigata que fabricaba los cascos de los barcos y que debido a la mala administración del heredero del dueño, Giovanni Trincanato, empezó a tener dificultades y a correr empleados.

“Pero, sobre todo, Giovanni Trincanato caía mal a primera vista. Transmitía una antipatía irremediable, de esas que no permitían cambiar de opinión con el tiempo”.

 Giovanni Trincanato era dueño de un velero, el Alcyon.  Montalbano pronto descubre que el barco se prestaba para reuniones clandestinas de señores del narco, con esbirros, “escorts” y un cocinero.  Y que el FBI estaba interesado en el barco. Porque en el Alcyon se iban a juntar los distribuidores de droga americanos, orientales y europeos. Y Montalbano les hace una propuesta y ¿adivinen quién es el cocinero del Alcyon?….

«—Primero tiene que explicarme usía qué está pasando. A ver, ¿esto qué es? ¿A usía lo expulsan del cuerpo, con lo cual a mí casi me da un patatús, Catarella se pone a llorar como una Magdalena, media comisaría se rebela y pretende escribir una carta de protesta y luego Stracquadanio, como quien no quiere la cosa, me manda venir a contarle el interrogatorio con pelos y señales?»

Riccardino. Camilleri la escribió entre 2004 y 2005, sería la última novela con el comisario Montalbano expresó en la nota del autor. En 2016, “sorprendido de seguir vivo y con ganas de escribir, me ha parecido que sería buena idea «retocar» Riccardino”. Como en todas sus novelas, la historia es inventada, “el contexto, en cambio, sí existe, por desgracia”. Se publicó en 2020, un año después de la muerte de Andrea Camilleri.

Uno de cuatro “amigos” es asesinado. Se conocían de toda la vida y a excepción de Riccardino, los otros tres estaban emparentados a través de sus esposas. Pronto sabremos que tenía relaciones sexuales con las tres. Riccardino también estaba casado y era director de un banco. Los otros tres trabajaban en una fábrica de sal.

Un autor se hace personaje a través de llamadas telefónicas a Montalbano. En la trama policiaca se intercala el duelo verbal entre el personaje y el autor que ya había escrito y publicado muchas novelas con el comisario Montalbano. “Y esos libros, sin un motivo aparente, habían acabado siendo los más vendidos de Italia e incluso se habían traducido en el extranjero. Y luego los habían adaptado a una serie de televisión que había tenido un éxito extraordinario. Y desde aquel momento todo había cambiado. Ahora todo el mundo lo reconocía y sabía quién era, pero sólo como personaje televisivo. Aquello le tocaba los cojones a dos manos, era insoportable, parecía una situación sacada de una comedia de otro autor de la zona, un tal Pirandello”.

El real Montalbano no se acostumbraba a la fama. El autor le criticó la forma cómo estaba resolviendo el caso de los cuatro amigos y le manda su final.

Pero Montalbano decide que él decidiría su final. No muere, no se retira, el final de Montalbano es genial: se va borrando…

Andrea Camilleri. 1925-2019. Porto Empedocle, Sicilia, Italia.

Andrea Camilleri. La forma del agua (Javier Portugués). Audible. Amazon. Publicado originalmente en 1994.

Andrea Camilleri. La edad de la duda. España: Ediciones Salamandra, 2012, 224 págs. USA: Penguin Books, 2012. 274 págs.

Andrea Camilleri & Carlo Lucarelli. Por la boca muere el pez. Barcelona: Papel de liar. 2011. 113 págs.

Andrea Camilleri. La red de protección (Comisario Montalbano 30) España:  Penguin Random House Grupo Editorial España. 267 págs. Edición de Kindle.

Andrea Camilleri. El cocinero del Alcyon (Comisario Montalbano 32). España: Penguin Random House Grupo Editorial España. 2019. 221 págs. Edición de Kindle.

Andrea Camilleri. Riccardino. España: Salamandra. 2020. 256 p. Edición de Kindle.