Fabricación (2025)
“Fabricación es el relato de uno de los casos más sorprendentes en la historia judicial mexicana. Exhibe la injusticia y la crueldad sufrida por sus víctimas y también el abuso de poder ejercido desde las más altas esferas de la política. Se trata de una narración cruda sobre la demagogia penal que domina estos días en México y en el mundo”.
Isabel Miranda de Wallace (CDMX 1951-2025) se hizo famosa por acusar y llevar a juicio a los presuntos secuestradores y asesinos de su hijo, registrado con tres actas de nacimiento: Hugo Alberto Wallace Miranda, Hugo Alberto Miranda Torres, Hugo Alberto León Miranda. Según la madre el hijo fue asesinado y descuartizado el 11 de julio de 2005. Sus restos nunca se encontraron.
Ricardo Raphael tardó seis años en escribir su libro Fabricación, en el cual, como el título lo indica, la señora Miranda, experta en producir actos de engaño publicitario, fabricó la conspiración y el crimen que llevó a la captura, encarcelamiento y juicio de siete personas. Además afectó a cerca de otras sesenta personas.
Fabricación no es un libro de ficción. Está basado en hechos reales bien documentados. En el libro aparece un código QR que permite acceder a algunas fuentes utilizadas por el autor. El libro está dedicado a las “verdaderas madres coraje” que perdieron todo, hasta la cordura, por defender a sus hijos.
La primera oración de libro dice “Todo comenzó por una gota de sangre”. Como en un buen thriller, se conocerá después que el ADN de esa gota de sangre sembrada convenientemente, correspondía a José Enrique del Socorro Wallace. El padre biológico de Hugo Alberto era el primo hermano de Isabel, el doctor Carlos León, su primer esposo. El momento de la publicación de este libro coincide con la noticia del fallecimiento de la señora Miranda, tal vez también sospechosamente conveniente, y la declaración en Estados Unidos de la madre de una hija de Hugo Alberto sobre el hecho de que éste estaba vivo un año después del supuesto secuestro y asesinato.
La señora Miranda fabricó una investigación aberrante, llenó de espectaculares (su negocio) en la ciudad de México. Los medios la acogieron para contar su verdad, misma que la fue encumbrando como un paladín de la justicia.
La narración de Ricardo Raphael detalla de forma dolorosamente exhaustiva, el proceso de esa fabricación. Empieza con la aprehensión de los presuntos culpables, sus historias, los interrogatorios y torturas a los que fueron expuestos para confesar un crimen que no cometieron. Víctimas de una policía corrupta, de juicios amañados y sentencias drásticas. Es morbosa la presencia de Isabel Miranda en los procesos de los acusados, acaso también durante las torturas. Las escenas de las torturas en las Islas Marías son inconcebibles. Cualquier persona que tuvo alguna relación con los acusados se convirtió en objeto de feroces represalias por parte de esa mujer que fingió el “dolor de una madre” para encumbrarse política, económica y socialmente.
El expresidente Felipe Calderón puso todos los recursos judiciales y policiales a su servicio. Le otorgó el Premio Nacional de Derechos Humanos 2010. Premio que a la luz de la sádica maldad que practicaba, parece una pésima broma. La prensa la elogiaba como una gran líder social y la sociedad la acogía.
El próximo mes de junio los mexicanos elegiremos a los integrantes del poder judicial. El exceso de evidencias de lo abstruso, confuso, incomprensible, en este caso y en el de Florence Cassez, son botones de muestra de la urgencia de reformar el poder judicial. Que sirva también como exhortación para los medios de comunicación.
Al respecto: “El siniestro caso de Isabel Miranda de Wallace” | Entrevista con Ricardo Raphael
Mar 12, 2025
ETIQUETAS: HISTORIA REAL. PROCEDIIENTOS POLICIALES Y JUDICIALES. SECUESTRO. TORTURA. LATINOAMÉRICA.
Hijo de la guerra (2019) es el resultado de la conversación entre el periodista y autor del libro Ricardo Raphael (México, 1968) y el “Zeta 9”. La investigación que se originó de esa conversación se presenta narrada como una novela negra, muy negra. Acaso no pudo haber sido de otra forma. ¿Cómo se puede acercar uno a la atrocidad?
«Galdino Mellado Cruz: el Mellado, el Zeta 9; también conocido como José Luis Ríos Galeana, Juan Luis Vallejos de la Sancha; es el personaje principal del relato».
“Si el cuerpo es el lienzo donde los seres humanos vamos bordando las experiencias de la vida, el de ese interno de Chiconautla era el paño de un testamento abrumador y contradictorio. El de un hombre que decía ser Galdino Mellado Cruz, alias el Zeta 9, y al mismo tiempo respondía al nombre de Juan Luis Vallejos de la Sancha. Se retiró el cubrebocas y dijo: —Fui uno de los veinte originales del grupo de los Zetas. El año pasado me convertí en un muerto vivo.”
“Durante casi diez meses visité a Galdino Mellado casi todos los miércoles por la mañana…” Entre los meses de mayo de 2005 y enero de 2016, el periodista acude al penal de Chiconautla en el Estado de México, para conversar con un recluso que dice ser el Zeta 9. El periodista pregunta, el Zeta 9 responde, el periodista va escribiendo sus apuntes, y el Zeta 9 le entrega las hojas de un diario.
“…cada miércoles acumulaba imágenes de horror que por las noches me quitaban el sueño y me obligaban a preguntarme si realmente valía la pena continuar con la investigación”.
El Zeta cuenta su historia, se remonta hasta los años ochenta para hablar de su infancia y juventud en las calles de la delincuencia. En los noventa entra al ejército, es seleccionado con un grupo de cuarenta y cinco militares para recibir un entrenamiento especial en el Fuerte Hood en Estados Unidos.
“Al terminar su discurso, Smith interrogó sobre el nombre que le darían a la unidad. La pregunta tomó por sorpresa a casi todos menos al cabo Heriberto Lazcano Lazcano. Dio un paso al frente y propuso que se llamaran «Grupo Zeta», en referencia a color azul zeta de los uniformes de gala.
En diciembre de 1999 siendo un militar en funciones, Galdino participa con veintiuno de los compañeros del Grupo Zeta que habían sido entrenados en el Fuerte Hood, en la creación de la asociación criminal que a partir de ese momento será conocida como los “Zetas”, bajo el mando de Osiel Cárdenas Guillén, el líder del cártel del Golfo.
El periodista escribe, investiga, trata de constatar los hechos, y acaba atrapado en la angustia de la atrocidad de lo que encuentra.
“—¿Por qué quiere que dé a conocer su historia? —interrogué. Enderezó el cuello como lagartija y respondió: —Porque nos usaron. Fuimos un instrumento del gobierno y hubo una traición”.
La historia del Zeta 9, con sus diferentes nombres y posibles versiones, puede ejemplificar la vida de los miles de Galdinos, niños que son criados en la violencia y que aventados a las calles se educan en las mil formas de transgresión. Hijos de una guerra que no termina ni con sus muertes.
Ricardo Raphael se enfrenta a todas las atrocidades, las del cártel del Golfo y las rivalidades con la familia Michoacana, con el cártel de Sinaloa y con los demás grupos. Con la amplia y deleznable diversidad de sus actividades. Con la violencia y con las más espeluznantes e inhumanas venganzas. Con sus nexos con el gobierno. Con su casi ilimitado poder.
Ante la pandemia de este abril de 2020, no es ocioso preguntar ¿qué papel van a asumir los gobiernos, aquí y en cualquier otra parte del mundo ante los poderosisimos grupos del narcotráfico? ¿Se podrá detener la atrocidad?
Ricardo Raphael. Ciudad de México, México, 1968.
Ricardo Raphael. Hijo de la guerra. México: Grupo Planeta. 2019. 448 págs. Edición de Kindle.
Ricardo Raphael. Fabricación. México:SeixBarral. 2025. 556p.
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