Espía cibernético Michael Dunne
En la ficción de The Paladín (2020) del periodista, editor y escritor estadounidense David Ignatius (1950), un espía cibernético de la CIA se infiltra en el cibercrimen internacional.
La trama se desarrolla en varias partes de Estados Unidos, Ginebra, París, Urbino, Cerdeña y Taipei. Se mueve entre agosto de 2016, mayo de 2017 y junio de 2018.
Michael Dunne es un espía cibernético de la CIA. Estaba casado con una hermosa brasileña, tienen una niña y esperaban otro niño. En agosto de 2016 el jefe de la dirección de Ciencia y Tecnología de la CIA George Strafe le asignó una misión secreta: investigar al grupo Fallen Empire, que funcionaba dentro de un Quark Team. Operaban principalmente en Europa, se hacían llamar los Robin Hood del ciberespacio, atacaban desde diferentes servidores en todo el mundo. Había que infiltrarse en su organización. Michael Dunne se preguntaba ¿por qué lo habían seleccionado a él?
“Sounds like a counterespionage case,” said Dunne. “Why do you need me?” “Because it’s complicated, Michael, like I said. The person who runs Fallen Empire is an American. He claims he’s a real journalist, though the seventh floor thinks that’s nonsense. The main site where they post things says it’s a news organization. Fallenempire.org, it’s called. So, there’s a problem, technically.” “You mean ‘legally.’ If he’s an American, and he’s a journalist, then running an operation on him is against the rules, isn’t it? Like the First Amendment, specifically. I hate rules, myself, but I’m just checking.”
El estadounidense que dirigía Fallen Empire se llamaba Jason Howe. El Quart Team que lo apoyaba estaba dirigido por un genio de la informática, el italiano Lorenzo Ricci.
A Dunne le prohibieron discutir este proyecto con nadie, ni con su esposa. Pero la gente siempre tiene que hablar con alguien, Dunne busca a Roger Magee, su mentor desde qué el entró a la dirección de Ciencia y Tecnología de la CIA en 2002.
La CIA, como toda organización, tenía un sistema de clases: los oficiales de casos eran los chicos geniales que dirigían operaciones y llegaban a ser los jefes de estación. Los niños inteligentes y nerds eran los analistas; tenían títulos elegantes pero eran quisquillosos. Los chicos malos, los rednecks de cuello azul hacían el trabajo sucio de colocar micrófonos ocultos, piratear computadoras, robar maletines y dispararle a la gente. Esta clase trabajadora tenía varias divisiones, Ciencia y Tecnología era la más importante, sus técnicos eran muy inteligentes, hacían el trabajo duro del espionaje que era irrumpir en lugares que estaban cerrados y robar secretos. En lugar de abrir cajas fuertes, entraban en las computadoras.
Y a eso fue Dunne a Ginebra, París e Italia. Se infiltró en el Quart Team y conoció a Jason Howe y a Lorenzo Ricci.
Un contratiempo lo regresó a los Estados Unidos. En Alexandria, Virginia, fue sentenciado a un año en prisión. En mayo de 2018, al ser liberado, Dunne empezó a planear su venganza. “It would be the beginning of his “R&R,” he had been telling himself for months; his revenge and redemption”. Tenía cuarenta años, era un exconvicto sin empleo, su esposa lo había abandonado. Su viejo amigo, el abogado Richard Ellis le dio un sobre que él había recibido pero que estaba dirigido a Michael Dunne, para que se lo entregara cuando fuera liberado. El remitente era “Lemon Squeezer”, en el slang de la CIA, alguien que se especializa en escritura secreta.
Dunne abrió el sobre en el departamento que recién había alquilado. El firmante le decía que sentía lo que el sistema le había hecho, le advertía que tuviera cuidado, que su arresto había puesto nerviosos a personas poderosas. Que eventualmente encontraría la red que trató de destruirlo. Le mandaba una dirección IP de la computadora utilizada por Jason Howe, el registro del dominio y el nombre del servidor. Le daba también el número de serie del iPhone que utilizaba Howe y el número de tarjeta SIM ICCID. Le da otros datos como el malware (software malicioso) principal y en el sitio donde se podía detectar. Le advierte que cualquier investigación tenía que realizarse fuera de las agencias del gobierno.
“You will wonder who we are. Perhaps you have heard of the warriors who banded together in the time of Charlemagne, the ninth century king of France. Songs and legends celebrate their mission of assisting victims of injustice. They were called The Paladin. The name has survived over many centuries. They were the people’s bandits, fighting for justice. If you want to understand where this message comes from, think of this ancient fraternity that seeks to assist decent people who have been threatened by powerful and lawless forces, just as you were, and who stand invisibly behind you now. You have our apologies and respect”. Firmaba la carta “The Paladin”.
En su deseo de venganza, Dunne irá descubriendo un complot cibernético cuya resolución nos mantiene en tensión, en suspenso.
David Ignatius es editor y columnista del The Whashington Post y otros medios estadounidenses e internacionales. Catedrático y autor de once novelas de espionaje, de política y de relaciones internacionales. The Paladín (2020) es su última novela publicada.
Al respecto, y desde la no ficción: Daniel Golden. Renee Dudley. “The Ransomware Hunting Team: A Band of Misfits’ Improbable Crusade to Save the World from Cybercrime”
David Ignatius (Cambridge, MA. Estados Unidos, 1950)
ETIQUETAS: ESPÍAS. JAQUEO. CIBERCRIMEN.
David Ignatius (Cambridge, MA. Estados Unidos, 1950)
David Ignatius. The Paladin. A Spy Novel. USA: W.W. Norton & Company. 2020, 310p. Kindle Ed.
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