Guillermo de Baskerville
Hay que hacerle caso a lo que propone Umberto Eco (Italia, 1932-2016), en sus “Apostillas” (1985), a su novela El nombre de la rosa (1980), cuando dice que
“…si alguien quería entrar en la abadía y vivir en ella siete días, tenía que aceptar su ritmo. Si no lo lograba, nunca lograría leer todo el libro. De allí la función de penitencia, de iniciación, que tienen las primeras cien páginas; y si a alguien no le gusta, peor para él: se queda en la falda de la colina. Porque entrar en una novela es como hacer una excursión a la montaña: hay que aprender a respirar, coger un ritmo de marcha, si no todo acaba enseguida”.
Las “Apostillas” son un breve tratado de poética, uno de esos ejemplos, inagotables, universales e imperecederos de inteligencia literaria, al igual que el libro que completan.
Si bien el autor debe “construir al lector” y “…no… facilitar interpretaciones de su obra, si no, ¿para qué habría escrito una novela, que es una máquina de generar interpretaciones?”, Eco expone en sus “Apostillas”, con una gran claridad y en breves e interesantísimos capítulos, el porqué del título y del tema, “evidentemente, el Medievo”, habla de “la novela” como un hecho cosmológico, y de que el estilo del narrador, Adso de Melk, debía de ser el estilo de un cronista medieval, exponiendo sin reticencias, en tono didáctico, introduciendo nociones enciclopédicas, basándose en la preterición “…Se declara que no se quiere hablar de algo que todos conocen muy bien, y al hacer esa declaración ya se está hablando de ello…”.
En esas primeras cien páginas del Nombre de la rosa, Eco nos introduce a un episodio que pudo haber pasado a finales del año 1327, en una abadía dominicana en los Apeninos italianos, en el contexto histórico de varios conflictos: el enfrentamiento entre el papa francés de Aviñón, Juan XXII (Jacques de Cahors) con el emperador Ludovico (Luis IV de Baviera) en el intento de éste de querer restaurar la dignidad del Sacro Imperio Romano Germánico. Los conflictos entre las órdenes mendicantes, su escisión en diferentes grupos que en estos momentos recorrían Europa, provocando diferentes reacciones, algunas violentas. En el caso de la orden franciscana, las acciones del grupo llamado “los espirituales” o “Fraticelli Apostolici o “dulcinistas”* y sus enfrentamientos con la fracción de los “conventuales”, principalmente sobre el tema de la pobreza.
Pero, como dice Eco en las “Apostillas”, se trataba también de divertir, y por eso dice haberse decidido por una estructura policiaca en la que hay crímenes, un asesino y un investigador.
La trama de El nombre de la rosa se sucede cuando el papa Juan XXII ordenó que los espirituales se sometieran y cita al general de la Orden franciscana, Miguel de Cesena, a comparecer ante la sede de Aviñon (Cesena había buscado la protección de Luis de Baviera). Lo que leemos es la narración del octogenario monje benedictino Adso de Melk cuando, siendo un joven novicio, había acompañado a un célebre franciscano de nombre fray Guillermo de Baskerville en una doble empresa: preparar la reunión que se celebraría en la abadía dominicana, entre la delegación papal, con Bernardo de Gui al frente, y la franciscana encabezada por Miguel de Cesena, en relación a la visita de éste a Aviñon. E investigar una serie de crímenes de monjes de la abadía cometidos antes de la llegada de ambas delegaciones.
El manuscrito de Adso de Melk está dividido en seis días, y cada uno de éstos, en períodos correspondientes a las horas litúrgicas o canónicas: maitines, laudes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y completas. En El nombre de la rosa todo es extraordinario: las descripciones de la abadía “un verdadero microcosmos”, sus edificios con sus magníficas portadas y riquísimos interiores, pero sobre todo son espléndidas las hojas dedicadas a la Biblioteca, “…famosa en todas las abadías de la cristiandad, construida según un plano secreto que solo conoce el bibliotecario, un laberinto espiritual y también terrenal..” en ese momento la más rica de la cristiandad. Los razonamientos y argumentos de los diálogos nos introducen de lleno en el pensamiento escolástico, de los cuales quiero destacar las discusiones sobre “la risa” entre Guillermo de Baskerville y Jorge de Burgos. “…Quería un ciego que custodiase una biblioteca (me parecía una buena idea narrativa), y además ciego, sólo puede dar Borges, también porque las deudas se pagan”.
Adso de Melk recuerda a su maestro, el franciscano británico Guillermo de Baskerville, un sabio que “…podía contar unas cincuenta primaveras y por tanto era ya muy viejo…”, quien había sido inquisidor, amigo de Occam** y seguidor de las ideas de Roger Bacon***, y quien le fue explicando e interpretando el sentido de las cosas, los prodigios del reloj, del astrolabio y del imán y que además, ante su asombro, usaba unos artefactos que llamaba anteojos. Para Guillermo de Baskerville**** el misterio de los crímenes giraba en torno a la biblioteca.
— No veo qué relación existe entre los crímenes y la biblioteca — dijo irritado el Abad . — Adelmo era miniaturista ; Venancio , traductor ; Berengario , ayudante del bibliotecario … — explicó Guillermo con paciencia .
Dos muertos , ambos con los dedos negros . ¿ Qué deduces de ello ? — No deduzco nada : Porque en todo crimen que se comete para apoderarse de un objeto, la naturaleza del objeto debiera proporcionar una idea, por pálida que fuese, de la naturaleza del asesino . Cuando se mata por un puñado de oro, el asesino ha de ser alguien ávido de riquezas . Cuando se mata por un libro, el asesino ha de ser alguien empeñado en reservar para sí los secretos de dicho libro. Por tanto, es preciso averiguar qué dice ese libro que no tenemos .
Ahora, a propósito de los hechos ocurridos en la abadía, tengo muchas hipótesis atractivas, pero no existe ningún hecho evidente que me permita decir cuál es la mejor. Entonces, para no acabar haciendo el necio, prefiero no empezar haciendo el listo.
Umberto Eco. Alessandria, Piamonte, Italia. 1932-2016.
Umberto Eco. El nombre de la rosa. España: Penguin Random House. Grupo Editorial España.2010. 775 págs. Kindle Edition.
♦♦♦
*Wikipedia: Dulcino (1250-1307) …fue un líder religioso italiano, continuador del milenarismo y fundador de la secta de los Hermanos Apostólicos (en italiano, Fraticelli Apostolici) o dulcinistas… Predicó la proximidad del fin de los tiempos y el descenso del Espíritu sobre los apostólicos.
**Wikipedia: La navaja de Ockham (a veces escrito Occam u Ockam), principio de economía o principio de parsimonia (lex parsimoniae), es un principio metodológico y filosófico atribuido al fraile franciscano, filósofo y lógico escolástico inglés Guillermo de Ockham (1280-1349), según el cual: En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable. Esto implica que, cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja.
***Wikipedia: Roger Bacon (c. 1214 -fue un filósofo, protocientífico y teólogo escolástico inglés, de la orden franciscana Es conocido por el sobrenombre de Doctor Mirabilis (‘doctor admirable’, en latín). …puso considerable énfasis en el empirismo y ha sido presentado como uno de los primeros pensadores que propusieron el moderno método científico.
****Guillermo de Baskerville, sin duda, homenaje al gran Conan Doyle y su gran The Hound of the Baskervilles
Comentarios