DS George Cross

“I have Asperger’s syndrome, or autism spectrum condition, however you prefer to refer to it” (The Politician).

Tim Sullivan (Reino Unido, 1958) crea un detective con síndrome de Asperger, y lo hace un gran personaje. Para DS George Brunel Cross, el protagonista de hasta ahora cinco libros publicados —The Dentist (2020). The Cyclist (2020). The Patient (2022). The Politician (2022). The Monk (2023)—, el asperger no era una discapacidad, ni un impedimento. Era un don.

El detective sargento George Cross era el más exitoso sargento detective de la Unidad de Delitos Mayores de la policía de Avon y Somerset de Bristol, en el sudoeste de Inglaterra. Noventa y siete por ciento de sus casos resultaron en condenas.

Las investigaciones de los crímenes se relatan de forma tan ordenada y meticulosa, como el detective armaba los expedientes que turnaba a la fiscalía. La descripción de las investigaciones ofrece un panorama de los procesos judiciales, y la descripción de la conducta de Cross, ofrece un acercamiento al síndrome de Asperger.

Los crímenes que investiga DS Cross se desarrollan en el ámbito doméstico de un dentista, un ciclista, una paciente, una político y un monje. Se podría decir que las cinco novelas hablan de la condición humana a través de la mirada de una persona con capacidades diferentes.

George Cross se había hecho policía porque quería resolver crímenes, porque le encantaban los enigmas que planteaban, porque le atraían los casos de los desposeídos, porque él mismo era un marginado, un inadaptado social, una curiosidad.

El orden y una paciencia infinita aumentaban sus habilidades deductivas. Se guiaba por las evidencias y por los hechos, no por impresiones ni suposiciones. Planeaba cuidadosamente los interrogatorios a los sospechosos. Repetía una y otra vez la misma pregunta. Engañaba al sospechoso con largos silencios que lo hacían ver lento (algo que tenía en común con Maigret, su detective de ficción preferido). Solamente el jefe de la unidad DCI Ben Carson y él tenían oficina propia, porque Cross no podía tolerar el ruido de personas hablando. Por eso le gustaba la sala de interrogatorios, por el silencio y porque podía identificar los sonidos que escuchaba.

Está en sus cuarentas, un poco calvo y de mediana estatura, nació en la década de los ochenta. Vive solo y cena una vez a la semana con su padre Raymond Cross quien había sido ingeniero aeronáutico en Filton, el lugar donde se construyó el Concorde. Su madre los había abandonado cuando él tenía cinco años. George suponía (luego sabremos que equivocadamente) que no pudo enfrentarse a las “rarezas” de su hijo. (El primer diagnóstico de un paciente de asperger en el Reino Unido se dio a mediados de los noventa).

No era un hombre religioso. Como le gustaba la música religiosa para órgano, había llegado a un acuerdo con Stephen el joven párroco de la parroquia de St Paul, quien le permitía tocar el órgano a cambio de que Cross lo reparara y le diera mantenimiento.

No soportaba ni objetos ni hechos fuera de lugar. Los colocaba en las mesas o escritorios o en sus listas, en un estricto orden. Solía intervenir con eruditas explicaciones que nadie le pedía y que a veces causaban la irritación de la detective Ottey.

Estaba consciente de que tenía que ser más sociable pero no asistía a reuniones sociales. No bebía alcohol. Entendía las frases hechas de una forma literal, no entendía el humor ni la ironía y no utilizaba ninguna sutileza, era directo. No saludaba de mano y dejaba la mano extendida de quien lo saludaba. Nadie podía abrazarlo. No entendía las expresiones de disculpa de “¿perdón?” o “lo siento”, “no tenías que molestarte”. No daba las gracias y no podía aceptar ningún tratamiento preferencial y le horrorizaba saltarse una cola.

Su colega DS Ottey, una madre soltera en sus treinta con dos hijas, se fue convirtiendo en su traductora. DCI Carson era el superior de la unidad y la joven Alice Mackenzie su “Police Staff Investigator”. La patóloga Clare Hawkins odiaba cuando Cross le preguntaba algo sobre la causa de alguna muerte, “because his asking meant he already had the answer”. En The Politician aparece otro personaje, Michael Swift “forensic scientist, or crime scene investigator”.

George Cross no tenía automóvil, se movía en bicicleta. Desayunaba todas las mañanas en el mismo café, lo mismo y cada alimento en diferentes platos. Siempre llevaba su tenedor y su cuchillo envueltos en una servilleta de papel. No le gustaba mezclar colores en el mismo plato, como zanahorias con calabazas. Con la única persona que comía era con su padre. No toleraba los ruidos que las personas podían hacer al comer. “He ironed everything, even his bed sheets. But it was the ironing of his shirts that filled him with immense satisfaction”. Preparaba lo que para él era una taza perfecta de té: “A cup. Obviously. Bone china, preferably. It maintained the temperature of the tea perfectly, and the thinness of the rim meant that the drinker’s lips weren’t forced too far apart, enabling them to sip rather than gulp. A sip opens the palate to the complexities of the leaf. A gulp does not. The thin cup also gave the tea maximum exposure over the mouth’s tastebuds, giving the drinker a more complete experience”. (The Politician)

The Dentist

En Bristol apareció el cuerpo sin vida de un hombre viejo, un homeless, con ropa vieja y apestando a alcohol. Había sido estrangulado. Cross se fijó en una mochila que contenía restos de comida, latas de sidra y un vale de compra. Traía dos anillos de matrimonio con iniciales grabadas por lo que dedujo que el hombre era viudo. Su trabajo dental era caro, usaba lentes de contacto esclerales, utilizados para una rara afección llamada queratocono. A partir de los datos anteriores descubrieron que iba a un hostal donde se veía con otro homeless de nombre Badger, un veterano de guerra a quien Cross interrogó largamente.

El nombre de la víctima era Leonard Carpenter. Había sido un dentista de prestigio que desapareció años atrás después del asesinato de su esposa Hilary Monkton. Cross estaba seguro de que, si resolvía el asesinato de Hilary, resolvería el de Leonard. Cross interrogó largamente a las hijas y al yerno.

Hilary Carpenter Monkton había sufrido un accidente automovilístico en 1988. Su carro se había impactado con otro en el que viajaban una pareja y su hijo pequeño. La pareja murió. Hilary rescató al niño y lo salvó de una muerte segura. El día del asesinato de Hilary un vecino había visto un coche Jaguar rojo frente a su casa.

El detective encargado de la investigación de este asesinato había sido DCI Stuart MacDonald. MacDonald y su esposa Sheila habían dedicado su vida a acoger a niños (foster parents), habían adoptado a uno de ellos, Malcolm Clay. Cross se sorprendió al ver el lujoso coche que McDonald conducía. Cross los interrogó largamente.

The Cyclist

En una obra en construcción se encontró el cadáver de un hombre joven, envuelto en polietileno. La autopsia reveló que había muerto por un golpe en la parte trasera de la cabeza. En la sala de autopsias Cross se dio cuenta de que el joven tenía muy poca grasa corporal, los muslos eran abultados, gruesos, firmes, y en la parte superior de los brazos y en los muslos tenía líneas de bronceado. No tenía callos en las manos y habitualmente usaba gafas de sol. “Our John Doe is a cyclist. Possibly professional”. SD George Cross sabía mucho de ciclismo y le pidió a Clare, la patóloga, que revisara la autopsia.

En el club de ciclismo Avon confirmaron su identidad. Su nombre era Alex Paphides, había estado entrenando para participar en la carrera de L’Étape en París. Los competidores habían organizado un entrenamiento en Tenerife. La víspera de la partida, Alex les había mandado un mensaje diciendo que se había lastimado.

Su familia, los padres y su hermano Kostas eran dueños del Adelphi, un restaurante griego. Debbie era una joven de dieciséis años que vivía con ellos, pero no era mesera.

Las líneas de investigación incluyeron el club de ciclismo; el hecho de que Alex deseaba expandir el negocio por lo que había estado buscando inversores que resultaron estar ligados con mafias. La revisión de la patóloga mostró que Alex había estado consumiendo drogas para mejorar su rendimiento; por sus nexos con ciertos personajes supieron que también estaba traficando con ellas. Para Cross, Alex sufría de “kakorrhaphiophobic”, el “temor al fracaso”, explicó y por esto entrenaba más horas.

Pero nada de lo anterior convenció a George. Con paciencia escudriñó y realizó un cronograma de las últimas horas de la vida de Alex. El o los asesinos estaban cerca, y no confesaron hasta que fueron sometidos a los interminables y repetitivos interrogatorios de Cross.

Cross acabó resolviendo este asesinato y otro cometido casi veinte años atrás.

The Patient

“Flick Wilson was killed by a dose of diamorphine. The absence of the container containing the drug makes us believe that it was administered by a third party”.

Adiciones, sobredosis, muertes asistidas, abuso de mujeres, asesinatos. Y voyerismo.

La joven Flick Wilson había sido adicta a las drogas, que dejó completamente cuando se convirtió en madre. Había conseguido un trabajo permanente en una lavandería, alquiló un departamentito cerca de su madre y cuidaba amorosamente de su hija de dos años.

Una tarde murió. La autopsia reveló que había muerto por una sobredosis. Su madre fue a la estación de policía, habló con DS George Cross, le insistió que su hija no estaba usando drogas, que no se había matado, que estaba tranquila, disfrutando a su pequeña hija. Flick, dijo, había sido asesinada. Cross le preguntó dónde estaba la niña cuando su hija se inyectó, la madre le dijo que Flick estaba con ella, la acababa de acostar.

Cross pidió los análisis de toxicología. Usualmente las muertes sobredosis eran causadas por heroína. En este caso no había residuos de su uso desde seis meses atrás, sino de diamorphine, un derivado de la heroína usado como analgésico en caso de dolor intenso cuyo uso estaba controlado.

Simon Aston era su exnovio, también adicto. Brian era su vecino que era enfermero. Danny Stoke era el dueño de la lavandería donde ella trabajaba medio tiempo. Y el Dr. Benedict Sutton, era su psicoterapeuta. Todos fueron sometidos a los interrogatorios de Cross.

El Dr, Benedict Sutton era partidario de la muerte asistida. Había acompañado a pacientes a Suiza y su madre y su esposa habían tenido su muerte asistida. Cuando Cross y Ottey fueron a su consultorio, Cross se sorprendió del orden que llevaba su asistente Diana, “he noticed how immaculately tidy her desk and the shelves behind her were. She was immensely organised. He was impressed”. “… The thing is with Di, I think she’s probably on the spectrum”.

Necesitaron una orden judicial para que Diana les entregara los registros de los pacientes del doctor Sutton. Encontraron que muchos de sus pacientes se habían suicidado.

Los interrogatorios que Cross realiza al doctor Sutton planteaban reflexiones sobre la diferencia entre suicidio y muerte asistida. Pero para George Cross la cuestión era ¿cómo y porqué los pacientes habían dado su consentimiento para inyectarse la diamorfina?

Había alguien con conocimientos y oportunidad. Y alguien a quien no le interesaba mitigar el dolor, sino ser testigo de cómo una persona muere, con una patología voyerista.

Are you on the spectrum, Sergeant?’ he asked.

Cross didn’t react in any way to this question. ‘Did you encourage Leah Sommers to end her life?’ he asked.

‘I’m thinking Asperger’s, probably,’ Sutton went on.

‘Did you encourage Leah Sommers to end her life?’ Cross asked again.

‘Although the view these days is to say Autistic Spectrum Disorder rather than Asperger’s.

‘Did you encourage Leah Sommers to end her life?’ Cross asked.

‘Are you autistic, Sergeant?’ Sutton asked.

The Politician

Marina encontró a su empleadora Peggy Frampton muerta en su recámara. Parecía que habían entrado a robar y la habían golpeado. Estaba sola en su casa, era frecuente que su esposo Luke Frampton que era abogado pasara la noche en Londres y sus hijos ya mayores vivían aparte, Justin de 32 años y Sasha de 29.

Michael Swift, científico forense, o investigador de la escena del crimen, se suma al equipo, era un pannapictagrafista, un coleccionista de cómics, explicó Cross. La patóloga Clare Hawkins declara que había muerto por asfixia después de haber recibido un traumatismo contundente en la cabeza. La Chief Superintendent Heather Matthews es nombrada la oficial encargada del caso y a Alice Mackenzie se le encarga realizar la “victimología” de Peggy Frampton (ciencia multidisciplinaria que se ocupa del conocimiento relativo a los procesos de victimización y desvictimización).

Peggy Frampton tenía 62 años era abogada y una “influencer” con millones de seguidores y escritora. Había sido alcalde de Bristol. Tenía una larga carrera de éxitos en programas sociales; era una activista social; respondía preguntas del público en sesiones on line; tenía un blog. Polly Jenkins era su nueva asistente porque Janette Combes que había sido su asistente y mano derecha desde su época de alcaldesa, había decidido tomar un año sabático.

Cross y Ottey buscaron a Janette Combes. Su esposo Mark Coombes, les dijo que no era fácil tener comunicación con ella, estaba viajando por el triángulo dorado del sudeste asiático, que ella quería descansar de todo, de su trabajo, de sus responsabilidades, de su matrimonio, que una vez al mes lo llamaba, por lo que él le había enviado un correo contándole la muerte de Peggy Frampton. Que ella quería regresar pero que él le dijo que no había nada que hacer, que siguiera su viaje. “Did you know Peggy Frampton?’ Cross asked. ‘Yes, of course. I used to joke there were three of us in our marriage”.

Parecía un asalto, pero entonces, ¿porqué la habían asfixiado con una bolsa de plástico después del golpe? Para Cross ningún dato era irrelevante, pero todavía no sabía qué era relevante. “And how do you suggest we do that?’ ‘Concentrate on the “why” rather than the “how”.

La investigación fue siguiendo diversas líneas: un hombre llamado Michael Ribble culpaba a Peggy Frampton por que su novia había terminado con él. Habían desaparecido joyas valiosas de la caja fuerte. El hijo Justin, dedicado a la venta de antigüedades, estaba teniendo problemas económicos.

Parecía que Peggy quería divorciarse de su esposo Luke Frampton, quien había abandonado su “chamber” porque sus colegas no habían apoyado “his application for silk”, por su predilección por el sexo opuesto. Luke Frampton tenía una relación con Agnesha Dragusha la hija de uno de sus clientes, el jefe de una familia albanesa del crimen organizado en el Reino Unido que estaba preso y que ejercía el poder desde dentro a través de su hijo Mikki.

Además, estaba el hecho de la vehemente oposición de Peggy Frampton a un desarrollo inmobiliario millonario y su enfrentamiento con los promotores Adam Chapel, Pat Morris y Simon Trethone. Y la relación de Chapel, Mike Rowbotton y Clive Bland cuya madre era albanesa

Cross played the search back in his head moment by moment, piece by piece, revelling in his discovery”.

‘You’ve spoken to her?’ Cross asked. ‘Yes. Last night. Oh bugger,’ he said. ‘I keep forgetting. I’m so sorry. I will organise a time for you to speak. I promise”.

“… was then charged not only with the murder of Peggy Frampton, but also that of …

The Monk

Para George Cross la reacción emocional en una escena del crimen era una distracción innecesaria. Pero lo que vieron en los confines del bosque de Goblin Combe fue además de escalofriante, muy confuso. El camino para llegar ahí fue difícil, llovía, el olor era fétido, vieron un hombre cuyo cuerpo ya estaba en descomposición, había sido atado a una silla con una cinta adhesiva industrial. El hombre estaba vestido de negro, parecía un hábito con escapulario y capucha.

La víctima era un monje benedictino. Dom Dominic August, del monasterio de San Eustaquio localizado a quince kilómetros del bosque.

Descubrirán que lo habían secuestrado, que lo habían atado a una silla, que lo habían golpeado una primera vez y de nuevo casi veinte horas después antes de transportarlo y colocado en el bosque.

DCI Carson, el superior de la unidad de crímenes mayores, preguntó quién quería hacer eso a un monje benedictino. Cross pensó que la pregunta correcta era ¿por qué?

El abad del monasterio invitó a Cross a quedarse en una celda mientras realizaba su investigación. Para Cross fue un placer pasar los días siguiendo las mismas rutinas monacales, apreciaba sobre todo la continuidad y la predictibilidad. Le gustó el silencio de los monjes, sus celdas, pasillos, la capilla, los jardines y las sencillas comidas en silencio.

Dominic ayudaba a cuidar a las abejas, llevaba las finanzas del monasterio, y era un prestigiado restaurador y encuadernador de libros sacros valiosos.

Cross interrogó a todos los monjes, descubrió que el monasterio había estado recibiendo donaciones anónimas y que un joven monje parecía enamorado de Dominic.

La oficial Mackenzie descubrió en un USB con expedientes de la computadora del monasterio, un correo que le llamó la atención: el emisario era un Martin Bates quien había trabajado con el billonario Patrick Murphy. Éste le había encomendado a Dominic la restauración y encuadernación de un “libro de horas”. Dominic dudó de su autenticidad.

Descubrirán que el nombre de Dominic August era Alexander Mount, tenía 45 años. Quince años antes vivía en Londres, trabajaba para el banco centenario de la familia Cubbitt. Julian Cubitt había sido el último director antes de que el banco tuviera que cerrar por los malos manejos de su hijo Nick, quien había tenido que pagar una condena de siete años en la cárcel.

Cross encuentra el recibo de una pintura escondida entre la encuadernación de una biblia. Y una pintura escondida tras otra pintura, escondida a plena vista.

El equipo policiaco descubre unos correos electrónicos entre Julian Cubbit y su abogado. Julian Cubbit estaba casado en segundas nupcias con Rosemary Tate. Cross lleva a cabo sus repetitivos y largos interrogatorios, pero a cada uno por separado…

 

Tim Sullivan es guionista, director de cine y televisión, y novelista.

Tim Sullivan (inglés nacido en Alemania, 1958)

Tim Sullivan. The Dentist (A DS Cross Thriller) UK: Head of Zeus. 2021. 362p. Edición de Kindle.

The Cyclist(A DS Cross Thriller) UK: Head of Zeus. 2021. 268p. Edición de Kindle.

The Patient(A DS Cross Thriller) UK: Head of Zeus. 2022. 390p. Edición de Kindle.

The Politician (A DS Cross Thriller) UK: Head of Zeus. 2022. 386 p. Edición de Kindle.

The Monk (A DS Cross Thriller) UK: Head of Zeus. 2023. 414p. Edición de Kindle.