Holmes y Watson

 

Sherlock Holmes and the Telegram from Hell (2024) es el sexto de los famosos “pastiches[1]” del escritor Nicholas Meyer (Estados Unidos, 1945). Narra otra aventura de Sherlock Holmes y el Dr. Watson.

Nicholas Meyer afirma que escribió esta novela sin recurrir a AI. Que mucho de los eventos que se cuentan son esencialmente ciertas, aunque a veces simplificados o adaptados como las fechas y las rutas de los ferrocarriles.

La trama se desarrolla entre 1916 y 1917 en Inglaterra, Estados Unidos y México. El ambiente era de guerra en Londres y de espías en Washington. En México la revolución seguía su curso, Carranza endurecía su presidencia, y las clases “educadas” trataban de mantener sus privilegios.

Esta novela se basa en un hecho real. Arthur Zimmerman, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, envió un mensaje secreto al gobierno de México. El telegrama proponía una alianza militar entre el Imperio Alemán y México para impedir que Estados Unidos entrara a la guerra europea. Este telegrama fue interceptado y descifrado por los ingleses quienes lo enviaron al presidente Wilson de Estados Unidos.

En el relato de Arhur Conan Doyle His Last Bow, Sherlock Holmes había pasado dos años viviendo de incógnito en los Estados Unidos de Norte América bajo el nombre de Gideon Alatmont, un americano-irlandés. Su hermano Mycroft del Servicio Secreto inglés lo había comisionado para vigilar al espía alemán Von Bork. Los alemanes americanos intrigaban para que Estados Unidos no entrara a la guerra del lado de los aliados.

En la ficción de Meyer, leemos extractos del diario del Dr. Watson. Inician el 2 de junio de 1916, dos años después de que se iniciara la Primera Guerra Mundial, o Gran Guerra (1914-1918).

Si los submarinos alemanes, “U-boats” en el Atlántico norte empezaban a bombardear a los barcos neutrales que transportaban comida y suministros a Inglaterra, entre ellos los estadounidenses, el presidente estadounidense Wilson no tendría otra opción que abandonar su neutralidad. Para los alemanes (y sus aliados Austria-Hungría y Turquía) era indispensable impedir que Estados Unidos entrara a la guerra del lado de las potencias aliadas (Francia, Gran Bretaña, Rusia, Italia, Japón).

Si Estados Unidos entraba a la guerra, Alemania estaría derrotada. Los alemanes tenían un plan para prevenir que eso sucediera. El plan alemán era que, como lo había hecho Pancho Villa, México invadiera a Estados Unidos y que estos tuvieran que replegar su ejército para defender su frontera y así impedir a los estadounidenses entrar a la guerra.

El recién creado Servicio de Inteligencia Inglés, SIS, al frente del cual había quedado Sir William Melville, “code name M”, el sucesor de Mycroft Holmes, hizo que Holmes regresara a Londres. Holmes buscó a Watson y Melville los convirtió en espías.

Melville les contó el panorama de la que sería su misión: interceptar un telegrama cifrado que el ministro alemán Zimmermann enviaría a México. Los ingleses sabían que, para burlar al servicio de inteligencia estadounidense, los alemanes enviaban y recibían sus telegramas cifrados a alguna oficina de telégrafos de México, para que desde ahí fueran reenviados a Berlín o a Washington.

Melville también les contó que tres meses antes, un bandido mexicano había atravesado la frontera en Columbus, Nuevo México, con 400 hombres y regresó a su país con un botín de armas. El presidente Wilson respondió militarmente enviando al general Pershing a recuperar las armas y capturar al bandido llamado Pancho Villa. Que el ministro alemán Zimmermann se había enterado del incidente. Que organizó el plan de atacar a Estados Unidos en su frontera sur. Que Londres necesitaba las pruebas para mostrárselas al presidente Wilson.

Holmes y Watson se embarcaron en el navío Norlina en Southampton, navegaban en zigzags para evitar los submarinos alemanes. Aparte de la tripulación, el Norlina llevaba siete pasajeros, entre ellos una cantante de ópera y otros que Holmes identificó como un agente inglés y un espía alemán. Se sucedieron extraños incidentes y uno de los tripulantes fue apuñalado.

Holmes y Watson llegaron a Washington. Empezaron a frecuentar al embajador inglés Cecil Spring Rice y a la excéntrica señora Alice Longworth, hija del expresidente Theodore Roosevelt y esposa del congresista Nicholas Longworth. Alice Longworth era una “intimate acquaintance” del embajador alemán en Estados Unidos, Count John Heinrich von Bernstorff. Y una experimentada espía a favor de los Estados Unidos.

Holmes sabía leer los labios. Sentado en la banca de un parque, frente a otra banca donde estaba la señora Longworth, Holmes leyó sus labios: “He. Telephoned. Yesterday. While. Husband. In. Congress. Ambassador. Ready. To. Blow. His. Brains. Out. Said. Had. Been. Ordered. To. Send. Telegram. Number. One. Five. Eight. To. Ambassador. In. Mexico. City. Called. It. Telegram. From. Hell.”

Watson escribió en su diario “…Count Bernstorff actually forwarded telegram number 158 to Mexico City? The telegram from hell?”

Cuando alguien disfrazado como Holmes es asesinado, el investigador fue el joven agente especial John E. Hoover quien le dijo a Holmes que era su admirador, y que él sabía que el asesinado no había sido él.

Watson también sufrió un atentado que lo dejó mal herido. Salieron de Washington y recorrieron parte de los Estados Unidos en tren, tratando de borrar sus huellas. En el trayecto se va describiendo el paisaje y el ambiente de un México rural. Holmes ilustra a Watson con datos sobre la historia de México.

El diario de Watson consigna que el 4 de enero de 1917 cruzaron el Río Grande y el 8 llegaron a la ciudad de México. Holmes y Watson debieron ser dos personalidades extravagantes en una ciudad de México para ellos mucho más extravagante. “Ciudad de México, capital of this uncertain nation, continually riven by civil and international strife, is a perplexing combination of titanic structures and one-story, adobe dwellings (many of the latter daubed in brilliant blues, pinks, and yellows), at once a metropolis and a village”.

Every afternoon at four, Markus Cronholm, the Swedish consul, makes his way to the Western Union office beside the Plaza Tolsá”.

La oficina de correos de Western Union de la ciudad de México, y de otras partes del país, recibían y retransmitían mensajes codificados desde y hacia Washington, Londres y Berlín. El cónsul sueco gestionaba personalmente sus telegramas con la telegrafista, la señorita Rendón que regresaba a su turno a las cuatro de la tarde. Ella le entregaba al cónsul alrededor de treinta despachos que ella misma había telepiado y pegado cuidadosamente en los formularios de la Western Union, metidos en sobres amarillos sellados con goma. El cónsul sueco Cronholm entregaba unos mensajes a la embajada estadounidense, y otros en mano a Henry Fletcher el embajador estadounidense quien separaba los telegramas destinados al embajador alemán von Eckhadt. “These Byzantine maneuvers were dictated by Sweden and the United States’ imperative to conduct themselves as befitting impartial players in the “European conflict,” albeit neither was anything of the kind”.

El plan ingles era interceptar el “Telegrama 158”. Holmes y Watson logran simular un incendio en la delegación alemana, sustraer el telegrama y llevarlo con un fotógrafo. Entre dos párrafos de un inocuo mensaje, había diecisiete líneas de números, agrupadas en grupos de cinco dígitos.

Holmes pensaba que el embajador von Eckardt tenía el código para descifrar el telegrama. Que una vez decodificado tenía que ser traducido al español. Porque el telegrama alemán 158 estaba destinado al presidente Carranza. Watson le pregunta de qué forma ese telegrama, destinado a México, podría afectar el curso de la guerra.

La copia del telegrama tenía que ser enviado de inmediato a M en Whitehall. Si bien, los ingleses ya conocían su contenido. “What did that infernal telegram say?”

Una vez despachado el telegrama Holmes y Watson huyeron de México; después de un trayecto muy accidentado, lograron regresar a Londres.

La entrada del diario de Watson del 10 de febrero de 1917 da cuenta de la visita de ambos a Whitehall. Era esencial que la intercepción del mensaje se originara en México y no en Londres.

El Ministerio de Asuntos Exteriores inglés entregó el telegrama y el mensaje descifrado al embajador estadounidense en Londres Walter Page. Éste lo transmitió a la Casa Blanca. Explicó que lo había obtenido a través de la embajada estadounidense en la ciudad de México “thanks to a daring agent whose identity he could not reveal”.

En marzo de 1917 (cuando el zar Nicolás II abdicaba de su trono) el Ministro de Exteriores Zimmermann confrontado por la evidencia, admitió que él lo había enviado.

Si bien la difusión del telegrama no provocó la inmediata declaración de guerra, provocó un escándalo público que acalló las opiniones de aislamiento y silenció las protestas de la comunidad alemana en Estados Unidos. No hubo ninguna declaración del Presidente Carranza.

Cuando los submarinos alemanes empezaron a bombardear los barcos estadounidenses, el Presidente Wilson declaró la guerra contra Alemania.

For Mexico, a successful invasion across the Rio Grande—were it to take place—stands to recover Texas, New Mexico, Arizona, and California, the vast territory lost to the United States in the Mexican–American War of 1848, a conflict of which I was woefully ignorant. Here is the tasty carrot Foreign Minister Zimmermann offered President Carranza!”

En su última entrada del 12 de noviembre de 1918 Watson escribió que “The war ended yesterday and I am taking up my pen for the first time in almost two years».

 

ETIQUETAS. ESPIAS. SHERLOCK HOLMES. LATINOAMERICA. CONTEXTO HISTÓRICO.

Nicholas Meyer (NY, Estados Unidos de Norteamérica, 1945)

Nicholas Meyer. Sherlock Holmes and the Telegram from Hell. NY: Mysterious Press. 2024. 272 p. Kindle.

 

 

[1] DRAE: “PASTICHE”:  Imitación o préstamo de elementos característicos de un autor u obra.