“Por siete años había tratado de aprender a vivir otra vez”. Makana llevaba siete años en la ciudad de El Cairo, vivía en una barca destartalada a orillas del Nilo. Sobrevivía gracias a algunos trabajos como detective privado. Porque era lo que sabía hacer, era lo que hacía como detective de homicidios en Khartoum. Makana era uno de los millones de sudaneses atrapados en la miseria en Egipto. Los sudaneses no eran vistos muy amigablemente. En 1995 radicales islamistas sudaneses habían atentado contra el presidente egipcio Mubarak en Addis Abeba, la capital de Etiopia.
A principios de 1998, Makana, inexplicablemente, es contratado por Saad Hanafi, uno de los hombres más ricos e influyentes de Egipto.
El magnate lo recibió en su oficina, en el último piso de un edificio en Giza a orillas del Nilo, con vista panorámica a las pirámides y a la Gran Esfinge. Saad Hanafi le pide a Makana que investigue la desaparición de Adil Romario, el jugador estrella de su equipo de futbol “Hanafi DreemTeem”, el ídolo deportivo del momento por el que siente gran afecto. Años atrás Saad Hanafi había perdido a su segunda esposa y a su único hijo varón en un atentado del cual sólo sobrevivió su hija Soraya.
Makana descubre que Adil deseaba convertirse en artista de cine y que ya había filmado algunas escenas bajo la dirección de un tal Farag. Que Faraq tenía relación con un rico empresario ruso de nombre Vronsky, cuerpo llenos de tatuajes, ex militar ruso cruel y ambicioso, competidor de Hanafi. Y propietario de un lujosísimo desarrollo inmobiliario a orillas del Mar Rojo destinado a una clientela de millonarios internacionales. Se quería construir otro mundo que fuera lo menos parecido al resto del país, al que no tuvieran acceso los “nacionales”, ya sea a orillas del río Nilo o del Mar Rojo.
Una mujer se le acerca a Makana. Elizabeht Markham, inglesa, en 1981 había perdido a su pequeña hija y desde entonces la busca. Makana le da su tarjeta. Días después Wasim Okasha del Departamento de Investigaciones Criminales de el Cairo lo llama para decirle que habían encontrado una tarjeta con su nombre en el cuerpo asesinado de esa mujer en un hotel barato de El Cairo.
Makana se pregunta ¿Hay alguna relación entre Liz Markham y la desaparición de Adil? ¿Quién era el padre de Adil? ¿Cómo se conectaban el magnate Hanafi y su hija Soraya, la inglesa Liz, el ídolo Adil y Daud Bulatt? ¿Quién era Daud Bulatt? ¿Qué papel juega el jefe de la División especial de antiterrorismo, el Coronel Serrag? ¿Estaba Adil muerto?
El libro de Parker Bilal recrea la ciudad de El Cairo y sus alrededores a finales del siglo XX. Casi podemos oler y sentir el polvo sofocante o las arenas del desierto, el caos de camiones y camellos, con basura, con edificios a medio construir pero habitados, con bazares de objetos centenarios y mercados abarrotados que perpetúan al faraón milenario y a los fatimitas que en siglo diez levantaron esta ciudad, en ese momento, la ciudad más ilustre del mundo musulmán.
La realidad de Egipto que describe esta novela, es casi idílica comparada con el Sudán de Makana.
El gobierno de Sudán había sido clasificado como uno de los más corruptos del mundo, el quinto con hambruna y el número 171 en desarrollo humano. Makana había sido detective de la desmantelada División de Investigación de Crímenes de Khartoum. Las diferentes autoridades corruptas que luchaban entre sí por el poder, lo miraban con desconfianza porque investigaba una serie de violentos asesinatos de mujeres jóvenes, educadas y profesionistas. Y porque los que habían tenido el privilegio de la educación, como Makana y su esposa, una respetada botanista de la universidad, era suficiente motivo de persecución y castigo. Sabían que estaban en la mira de Mek Nimr un sangriento y arbitrario líder de las Fuerzas de Seguridad Revolucionarias. Al tratar de huir de esta violencia que al final acabó con todos los derechos humanos, su esposa y su pequeña hija Nasra fallecen en un accidente. Makana logra escapar de Sudán pero no de sus recuerdos.
Parker Bilal, es el pseudónimo de Jamal Mahjoub, nacido en Londres en 1960 de padres inglés-sudanés. The Golden Scales es la primera de seis novelas que tienen como protagonista al detective sudanés Makana. El título del libro está tomado de un verso de un poema de Alicia en el país de las maravillas del escritor inglés Lewis Carroll: “How doth the little crocodile // Improve his shining tail, /And pour the waters of the Nile / On every golden scale!”
Parker Bilal, (seudónimo de Jamal Mahjoub)Londres, Reino Unido, 1960.
Bilal, Parker. The Golden Scales. Gran Bretaña: Bloomsbury Publishing PLC. 2012. 416 pages. Kindle Edition.
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