Para los cristianos “satanás” o “satán” es una entidad sobrenatural negativa que induce a los humanos a pecar.
Para los musulmanes “Shaitan” es uno, o más, de los genios malignos del islam, que inducen a los hombres a pecar.
En el prólogo de Satans and Shaitans (2014), Obinna Udenwe (Nigeria) escribió: “In the year 2009 AD God looked down to the earth and saw Satan’s plot to put evil in the heart of men. The evil was to come in the form of terrorism. And the war, having started in the Middle East, was eandering like river courses down through Asia, America, Africa, everywhere”.
En mayo de 2010 en el poblado de Ishieke, en el estado de Ebonyi al sur de Nigeria, Adeline Chuba desapareció de su hogar. Era la única hija del pastor evangelista cristiano Chris Chuba, quien aparecía en la lista de Forbes como el mensajero vivo de Dios más rico del mundo. Adeline le había dicho a su cuidadora que iba a ver a su novio Donaldo.
Donaldo era el hijo del jefe Donald Amechi, uno de los hombres más ricos e influyentes de Nigeria.
En el estado de Katsina, en el norte de Nigeria, se había construido el Centre for Islamic Knowledge. El Sheikh Mohammed Seeko era el líder absoluto de la Jama’atul al-Mujahideen Jihad. El jeque meditaba en la mezquita del Centro junto al libro del Hadith y un Corán. El jeque vestía un turbante blanco, un quftan y una gibba. Sostenía su masbaha de noventa y nueve cuentas.
La guerra había comenzado, tenían numerosas armas, más sofisticadas que las del ejército nigeriano, tenían el poder y la fama, necesitaban hacer creer a cinco mil soldados en la guerra en nombre de Alá. Sus muyahidines ya estaban dispersos en la mayoría de los estados del sur de Nigeria, esperando una señal para llevar a cabo ataques.
El gobierno de Nigeria había incumplido su tregua con la Jihad de Jama’atul al-Mujahideen. El plan de los integrantes de la poderosa sociedad secreta, La Orden Sagrada de las Fuerzas Universales, de la que eran miembros el Sheikh Mohammed Seeko, Chris Chuba y Donald Amechi, era obligar a la cámara de representantes a presentar una moción para acusar al presidente. Por eso era importante realizar un nuevo ataque, para mostrar que el presidente era débil.
La narración de Satans and Shaitans va describiendo las investigaciones policiacas que, para encontrar a Adeline, llevaban a cabo la policía y el detective privado de Ghana contratado por el pastor Chuba. Mientras, en el norte del país, se preparaban una serie de actos terroristas contra escuelas, iglesias mercados, cuarteles, parques, mezquitas y asesinatos. El plan era crear el caos en el país más poblado de África, para que Nigeria (y su petróleo) se rigiera por la ley islámica, la Sharia. El fundamentalismo religioso al servicio de la política, el poder y la corrupción.
‘Do you understand all Shedrack said, Musa?’ the Sheikh asked. ‘Yes, my Sheikh.’ The young man’s heart was pounding like a pestle against a mortar. ‘Tell me what he said.’ ‘He said, Sir, that when… when I drive into the university… my university… that I should find my way to the library and drive very fast into the building. He said that as soon as the car hits the building I should touch this wire, the red one to this black one connected to the device.’ Musa indicated to the wires as he talked. ‘Then all will be done.’
‘You are scared, brother?’ The young man shook his head. He was just twenty-one years old’
‘Have no fear, brother. You are blessed. What you have chosen to do is a great duty… We belong to Allah and to Him we shall surely return. So rejoice.
‘We meet in paradise.’
Obinna Udenwe. Abakaliki, Ebonyi State, Nigeria.
Obinna Udenwe. Satans and Shaitans. London: Jacaranda Books. 2014. 271 págs. Edición de Kindle.
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