“Ahora el mundo es un lugar en el que cualquier cosa es posible porque ya no existen certezas de ningún tipo”.*

 

Las buenas novelas psicológicas son fáciles de leer y difíciles de digerir, especialmente cuando se trata de historias de personajes dominados por patologías, contadas sin la concesión del lenguaje médico que explica, y  a partir de la sintomatología que padecen los personajes.

Cara de liebre (2021)

Cara de liebre (2021), de la escritora duranguesa Liliana Blum, es un thriller psicológico con tres personajes, dos mujeres, Irlanda y Tatiana, y entre ellas un hombre, Nicolás, Nick, Nick narciso.  La historia aparentemente es simple, las dos mujeres tienen al mismo tiempo una relación con Nick y a él no le importan ninguna de las dos, bueno no le importa nadie más que Nick.  Lo que no es simple es cómo la autora va armando su thriller psicológico.

En 1980, el bullying no se llamaba bullying. Ni acoso. No existía. Se llamaba vida y la vida siempre ha sido así. —¡Cara de Liebre!·. Irlanda, “cara de liebre”, nació con labio leporino y paladar hendido. Irlanda Quiroga es maestra, vive sola con sus dos perros Canela y Cardamomo. Conoció a Nick en el bar “La Cebolla de Cristal” donde tocaba con su banda. El jardín de la casa de Irlanda es hermoso, los vecinos querían conocer sus secretos. “Lo curioso es que sí tengo un secreto, pero no el que ellos imaginan. Supongo que tampoco quisieran enterarse si supieran de qué se trata”… El secreto está en el fertilizante”.

A veces los horóscopos tienen razón de una manera abierta y otras, no tanto”. El signo de es Piscis. Conoció a Nick en el café ¿Quién le teme a Virginia Woolf? y poco después  Tamara se embarazó. Tamara trabaja como depiladora en un spa, es ingenua, y pinta, “El lienzo con la figura de Nick la espera sobre el caballete”.  “Tamara se debate entre el suicidio o recuperar a Nicolás. No sabría cómo hacer ni lo primero ni lo segundo…”

Irlanda, “cara de liebre”, describe a Nick “Con su calvicie, su obesidad rampante, sus piernas, brazos y dedos cortitos como los de un enano, el hedor de sus pies, esa frente de ballena, ojos saltones enmarcados de patas de gallo, y esa panza peluda y gigantesca, Nick se atreve a criticar el defecto con el que nací y que la cirugía no logró remediar” .

Tamara pinta a Nick.  “Ese hombre lucía monstruoso en su memoria: hablaba solo de sí mismo, elogiaba su propio talento, desmenuzando con soberbia sus planes de escribir un libro sobre su vida, adaptar el libro a un guion y dirigir él mismo la versión cinematográfica”.

Nicolás, Nick, Nick narciso, es un personaje patético. Vocalista de una banda, patán de botas hediondas imitación piel y chamarra de camuflaje, un junior de cuarenta y cinco años que seguía viviendo en casa de sus papás, que hablaba  mucho pero sólo de él, “y la gente que habla mucho suele pensar poco”. 

“Adentro. Hubo un instante en el que Nick estuvo consciente de que esta cena no era una locura más de la mujer que lo tenía secuestrado”.

Afuera. Tamara apoya la bicicleta sobre su patita y contempla la casa de la maestra”.

Pandora (2015)

En Pandora (2015) se retrata la atroz realidad de la obesidad, la anorexia y de un trastorno parafílico.   De una forma realista la se va presentando la sintomatología que padecen Gerardo y Pandora, y también las de la anoréxica Abril, la esposa de Gerardo, y la de la obsesiva madre de Pandora.  Con un lenguaje muy cuidado, el ritmo de la narración de la crueldad y del erotismo implicado, va aumentando la tensión en el lector al mismo tiempo que Gerardo va haciendo que Pandora se pregunte “¿Cómo pudiste terminar así?” cuando llega a los doscientos kilos.

 “¿A qué género pertenecemos las gordas?”. “Pandora, un nombre que me ha traído tantos sinsabores”. Pandora tiene treinta y tres años y pesa 116 kilos 300 gramos cuando empieza su narración. “Me gusta comer. Me fascina comer. He pasado muchas horas de mi existencia comiendo y dedicándole tiempo al tema de la comida”. Mi ropa, “no podía darme el lujo de que la ropa en sí me gustara: el único criterio para comprarla era si mi cuerpo entraba en ella sin botar las costuras, los cierres y los botones..”  Pandora tenía que tener cuidado al sentarse y pasar de lado por las puertas por su cuerpo eufemísticamente llamado de “proporciones generosas”, cuerpo que siempre había provocado desdén,  bromas, burlas, rechazos; el peor, el de su madre, una mujer delgada, elegante, impecable, avergonzada de su hija menor.  “Como si mi gordura fuera contagiosa”.

Pandora no nos habla de amigas ni compañeras de escuela, habla de que ya había cancelado toda idea de futuro, de vida romántica, de familia propia, hasta que un día la ascienden a recepcionista de la consulta del doctor Gerardo Viera, ginecólogo, el hombre más guapo y codiciado del hospital. Él está casado con Abril, una mujer que a Pandora le parece una modelo, con una vida ideal. Gerardo se le acerca, le platica, la invita a comer, la corteja, quiere hacer el amor con ella y la lleva a un motel.  Le pone casa y la saca de trabajar, contrata una mujer para la limpieza y él la alimenta, y le dice cosas hermosas, y le hace el amor.

Pandora cuenta cómo Gerardo adoraba su cuerpo, alimentarlo y ver cómo aumentaba de tamaño, un poco cada día. Para poder perderse entre su carne. “¿Por qué nadie me quería antes de Gerardo?”.  “Siempre estuve sola, hasta que lo conocí a él”.

Gerardo que cómo médico conoce mejor que nadie las consecuencias, padece una patología más atroz que la de su víctima. “Más tarde averigüé que en el mundo de las parafilias hay un nombre para nosotros dos. Él sería el feeder, el que alimenta. Yo, la feedee, la que come, la que es alimentada hasta que el estómago se distienda hasta su límite. Y después un poco más”

*Cara de liebre

AutorLiliana V. Blum. Durango, México, 1974.

FichaLiliana Blum. Cara de liebre. México: Grupo Planeta. 2021. 296 págs. Edición de Kindle

FichaBlum, Liliana V. Pandora. México: Tusquets Editores México, 2015. 185 págs. Kindle Edition.