“Oppression can take many forms. Neighbours was written out of my horror at the way countries can abuse other’s sovereignty for their own ends and with impunity. Like many Mozambicans, I lived through through decades when South Africa did as it pleased in Mozambique in order to protect the interests of the apartheid regime. During this period many Mozambicans were killed or had their lives destroyed. It is to them that I dedicate this book”. Prefacio de la autora.

 Ninguém matou Suhura (“Nadie mató a Suhura”, Neighbours en la traducción del portugués al inglés) habla de las mujeres, de las razas, y de la comida mozambiqueña. Se narran  las historias de tres familias de Matola, una ciudad a doce kilómetros al oeste de Maputo, la capital de Mozambique. El texto portugués se complementa y enriquece con palabras de alguna de las lenguas batún habladas en Mozambique, mismas que se explican en un glosario final.

En 130 páginas, la autora introduce al lector en tres hogares, durante trece horas. En estos hogares se desarrollan escenas domésticas que ofrecen un panorama de la realidad racial, social y política de los habitantes de Mozambique. En uno de esos tres hogares se estaba organizando un asesinato cuya única causa era…

“En el hogar de Narguiss”. Narguiss tiene tres hijas. Están preparando los platillos para celebrar el Eid, la festividad religiosa que marca el fin del Ramadán. La madre se queja porque Abdul, el esposo y padre, las había abandonado por una mujer más joven y porque ninguna de sus hijas había encontrado marido. Muntaz,la hija menor que estaba estudiando medicina, le dice que debería dar gracias por poder cocinar muchos platillos, a diferencia de los negros, de otros mestizos como ellos o de los indios puros. La madre de Abdul era “cafusa”, indígena y negra. Narguiss era hija de indios mestizos, y una de las mozambiqueñas que no estaba preparada para aceptar la independencia de Portugal, para ella ser colonia ofrecía privilegios. La hija Fauzia hablaba la lengua makua.

“En el hogar de Leia y Januário”. Leia es una joven mujer feliz, valoraba sus pobres pertenencias por los sacrificios que había tenido que hacer para adquirirlas. Tiene una niña pequeña y está embarazada. Januário es negro, había nacido en una aldea perdida en el Alto Molocue, amenazado por animales salvajes, y por el hombre blanco. A los catorce años, su madre lo alentó para dejar la aldea e irse a Nampula donde se empleó en una casa y poco a poco fue perfeccionando su portugués y su preparación en una escuela nocturna. Consiguió trabajo en Maputo donde conoció a Leia. Sabía de la guerra que se estaba expandiendo y del movimiento nacionalista llamado Frelimo.

“En el hogar de Mena y Dupont”. Mena estaba en la cocina, no le gustaban los invitados de su esposo Dupont, desde que habían aparecido, su esposo traía whisky, vino, carne, mantequilla y otras extravagancias que compraba en Interfranca. Los invitados eran Romualdo, alias Romu, y Zalíua. Esperaban a sudafricanos blancos.

Dupont era hijo de inmigrantes mauritanos. Era funcionario de la Oficina Postal. Desde que vio a Mena la deseó, a pesar de ser una mulata, de raza inferior y de que su familia no la aceptara. Dupont abusaba de ella y la maltrataba. El sudafricano le ofreció a Dupont mil quinientos rand al mes, más un bono, si ayudaba a liquidar a ciertos individuos. La codicia hizo que Dupont aceptara el trato.

Romualdo, Romu, Cunha era un negro, un kaffir, que trabajaba en la Oficina Postal. Fue contactado por un portugués-sudafricano para unirse a una red de agentes sudafricanos que operaban en Mozambique perpetrando misiones de sabotaje y terrorismo. Romu odiaba su propia raza.

Zalíua había nacido en un pueblo minero, Un año después de la independencia del país fue aceptado en la policía, pero había sido expulsado y encarcelado cuatro años. Cuando un agente sudafricano lo reclutó, aceptó no por el dinero, sino por vengarse del gobierno.

Los dos sudafricanos llegaron al hogar de Mena y Dupont. Uno de ellos era un bóer, esto es un blanco sudafricano que habla afrikáans. Se había especializado en acciones de desestabilización en países como Mozambique y Angola, que recién habían declarado su independencia. El otro era Rui quien había nacido en Mozambique, de familia portuguesa, experto cazador y organizador de safaris. Odiaba a los terrs (terroristas), que habían logrado la independencia de Mozambique, por lo que adquirió la nacionalidad sudafricana.

“Mena pushes the door very slightly ajar. Through the imperceptible gap, she manages to understand that the five men in her living room are preparing to commit murder. She also manages to understand that the victims live somewhere in Emília Daússe Avenue and that they are to be eliminated at about one o’clock in the morning”.

 

En el territorio que hoy es Mozambique, entre los siglos I y V se fueron asentando pueblos bantúes (la mayor familia lingüística de África). Portugal la había colonizada en 1505. La República de Mozambique se independizó de Portugal en 1975. Su capital es la ciudad de Maputo. Actualmente más del 99% de la población de 31 millones pertenece a la familia bantú. El idioma oficial es el portugués pero los mozambiqueños hablan otras lenguas bantú como el makua, makonde y suajili. La religión principal es el cristianismo con minorías significativas seguidoras del islam y de religiones tradicionales africanas. “Aunque no se han encontrado muchos restos fósiles de homínidos, es razonable pensar que por su ubicación es el lugar donde se pudo dar el origen de los humanos modernos; el actual territorio de Mozambique lleva muchos miles de años poblado”. (Wikipedia: consultado el 2 de octubre, 2023).

ETIQUETAS: AFRICA. RACISMO.

Lília Momplé. Namputa, Mozambique, 1935.

Lília Momplé. Neighbours – The Story of a Murder. South Africa: Penguin Random House. 2009. 130p. Edición de Kindle.