Para empezar, ¿qué es un monstruo? Ya la etimología nos reserva una sorpresa un tanto pavorosa: monstruo viene de mostrar. MICHEL TOURNIER (Epígrafe a Los Divinos)
Como sólo pueden hacerlo los grandes escritores, Laura Restrepo (Colombia, 1950) denuncia en Los Divinos (2018) todo el horror no sólo del feminicidio, sino del feminicidio de una niña. Y el horror de una sociedad que, “En un país como el nuestro, donde hemos crecido con la muerte, con la criminalidad, donde conocemos todo eso tan bien, se habían transgredido nuestros propios límites”. Un cuatro de diciembre de 2016 la niña Yuliana Samboni de siete años, fue “secuestrada y después violada, torturada y asesinada”. De este hecho real Laura Restrepo construye “…un universo de ficción, absolutamente de ficción, donde lo único real es el crimen de la niña. Pensando que quizá la literatura puede ser una herramienta para entender qué nos pasó, cuál fue la línea que se cruzó y por qué…”*
Tarabeo (alias Dino – Rex, Rexona , Táraz , Taras Bulba ), el Duque (alias Nobleza, Dux, Kilbeggan), el Muñeco (Kent, Kento, Chucky, Mi-lindo, Dolly-boy), el Píldora (Pildo, Piluli, Pilulo, Dora, Dorila, Gorila ) y yo, Hobbit (Bobbi, Hobbo, Job, Bitto): constituíamos el núcleo duro en aquellos días del Liceo . Y hasta la fecha. Más o menos .
En la ficción de la novela “…yo, Hobbit, Hobbo, la antítesis de la acción. El antihéroe por antonomasia…” es el narrador del cual fluyen las palabras, vertiginosamente, exuberantes, universales y colombianas, y bogotanas, cultas, cultísimas, y populares. Fluyen con tanta prisa, que corremos para atraparlas, para no quedarnos fuera de los lugares y de las acciones, para poder estrujar a los personajes antes que el horror nos aplaste. El horror sale veloz, pero nunca atropellado, del relato de Hobbo, quien se describe a sí mismo y a los otros cuatro, como los “monicongos”, hombres ya en sus treintas, “hijos de mami”, privilegiados, desde que se habían conocido en el Liceo Quevedo de la ciudad de Bogotá, donde habían formado el grupo de “…los cinco Tutti Frutti: inseparables, refulgentes, inmortales. El quinteto Tutti Frutti: nuestra hermandad…”.
Restrepo va diseccionando, literalmente, con su pluma-bisturí a sus personajes, al mismo tiempo que va construyendo la historia o las historias que los llevaron a cometer la infamia de las infamias:
En Muñeco el desmadre es carisma, leyenda negra que los demás le envidiamos, el “divino” el rey de las parrandas, por un lado, es Kent con todos sus encantos, y por el otro, Chucky el tenebroso.
El Duque, el dueño de la imponente finca donde se reúnen a jugar póker, …Príncipe burgués que paga el estilacho con money de papi…, todo vestido de lino crudo, aséptico como un cirujano, recién bañado y perfumado en Terre d’Hermès…, el inmaculado, el perfeccionista.
El mujeriego Tarabeo, sibilino amigo, con más aristas que un poliedro y más alfabetos de los que puedo descifrar… Tipo extraño, es este Táraz, premeditado y dual. Por un lado, integrado, triunfador, rey del mambo. Un tipo divinamente, bien parecido, bien casado, bien vestido, rico, profesional destacado. Y al mismo tiempo más retorcido que un sacacorchos.
El bueno del Pildo, tan servicial como siempre. Hace lo que puede. Sirve tragos, trae aceitunas y maní, propone debates, ofrece puros: Piluli, el amable. No se diría que es gordo, pero está en la antesala: osito de peluche en cuerpo y alma, con grandes ojos de vidrio, redondos y asombrados. El Píldora es el hombre de confianza, el de los mandados, el de los favores, el que no sabe decir que no…
Y …Yo, Hobbit. El traductor, el intérprete. Yo, Hobbo. El filtro, el infiltrado. Será por eso que no alzo la voz al cielo ni me quejo.
Laura Restrepo, me permito corregirte, esos cinco amigos, estereotipos de esa clase de hombre que sienten que todo lo poseen, son Narciso(s), sembrador(es) de muerte, causa(n) dolor por donde quiera que pasa(n), destruye(n) a quienes se acerca(n) y pudre(n) todo lo que toca(n), incluyéndose a sí mismo(s). Pero no, no sólo son monstruos, son unos despreciables “hijos de puta”. Y esto no es ficción.
A qué tanto escándalo, qué importancia tiene, dónde estuvo el error, si una niña no es nada y menos si es pobre, una niña pobre no es nadie, no existe. Cuántas como ella no se esfuman a diario por esos arrabales del buen Dios…
§*“Anatomía del monstruo”, título de la entrevista a Laura Restrepo en “El tiempo” (María Paulina Ortiz, abril 15 de 2018: https://www.eltiempo.com/lecturas-dominicales/entrevista-a-la-escritora-colombiana-laura-restrepo-por-su-novela-los-divinos-205190)
Laura Restrepo. Colombia. 1950.
Laura Restrepo. Los Divinos. España: Penguin Random House Grupo Editorial España. 2018. 256 págs. Edición de Kindle.
Los Divinos
Comentario de Bárbara Briseño.
Mayo 10, 2020.
Una de las escritoras que más me gusta por su manera tan original de escribir. Utiliza un lenguaje coloquial lleno de expresiones colombianas que a veces para los mexicanos nos es difícil entender, pero al hacerlo de manera conjunta se torna simpática y amigable.
La historia me pareció tan cercana y lejana a la vez. Los feminicidios, la división de clases y la psicopatología, son temas tan cotidianos en nuestro país que podemos llegar a ser insensibles o inmunes y evitar tomar acciones al respecto.
Lo que más me gusto, fue el demostrar que a veces es mejor tener una madre “suficientemente buena” que una “extraordinariamente presente, buena y perfecta”, muy adhoc para terminarlo justo hoy! Feliz día de las madres
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