False Witness (2022) de la escritora estadounidense Karin Slaughter (1971) es un thriller que trata de la pedofilia, de la violación sexual, y de las adicciones. Y también de la calidez de Callie y la entereza de Leigh. No es un libro fácil ni bonito, pero nos acerca a vislumbrar el tormento de la adicción y a valorar el amor fraterno.
1988. En un suburbio de la ciudad de Atlanta, Callie, de catorce años, era la niñera de un niño de diez años. El padre del niño se llamaba Buddy Waleski. Era un matón. Le hace regalos, la seduce, y la viola una y otra vez. Callie se da cuenta de que grababa videos de las violaciones, él la agrede, ella piensa que la va a matar, se defiende y le clava el cuchillo de la cocina en la pierna. Quería llamar al 911, pero le habla a Leigh, su hermana tres años mayor.
2021. Leigh Collier es una abogada defensora. Su jefe en el despacho de abogados le dice que tiene que dejar lo que esté haciendo y dedicarse a la defensa de un cliente acusado de asalto y violación. El cliente había solicitado específicamente que ella lo defendiera, su nombre era Andrew Tenant. Cuando Leigh lo vio, supo que era un monstruo y que él la conocía a ella.
Las hermanas Leigh y Callie tuvieron que trabajar desde niñas. Leigh pudo graduarse de abogada. Calli sufría de dolor a consecuencia de una caída siendo niña. Leigh se casó y aunque se había divorciado tenía una buena relación con el padre de su hija de catorce años. Callie se convirtió en una adicta.
Callie está consciente de su adicción. Conoce las características, formas de administración y efectos de las drogas. Sabe todo lo que le está pasando y cómo calibrar las drogas en su cuerpo, en sus órganos, en su cerebro, de una forma científica.
Karin Slaughter (Georgia; Estados Unidos, 1971)
Karin Slaugher. False Witness. USA: William Morrow. 2021. 448 págs.
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