Pedro Páramo (1955) de Juan Rulfo (México 1917-1986) es una novela de enigmas, de muertos, rural.
Novela de la Revolución. Novela de realismo mágico. Maravillosamente atmosférica. Una gran obra literaria. Setenta años después de su publicación me atrevo a incluir en este espacio esta reseña con otra perspectiva, “atrevida” dirán los académicos.
Pedro Páramo está narrada por las voces de los muertos de Comala que cuentan sus historias como las narran los muertos, fragmentadas y con suspenso. Se escuchan sus voces entre el viento, la lluvia, los relámpagos y el río “que llenó su agua de colores luminosos” cuando murió Miguel Páramo. Todos veían a su caballo el Colorado galopando “por el camino de la Media Luna” ¿Cómo hasta los animales se dan cuenta de cuando cometen un crimen, no?
Todas las voces hablan de Pedro Páramo, una de ellas es la del padre Rentería: “El asunto comenzó —pensó— cuando Pedro Páramo, de cosa baja que era, se alzó a mayor. Fue creciendo como una mala yerba. Lo malo de esto es que todo lo obtuvo de mí: “Me acuso padre que ayer dormí con Pedro Páramo.” “Me acuso padre que tuve un hijo de Pedro Páramo.” “De que le presté mi hija a Pedro Páramo.” Siempre esperé que él viniera a acusarse de algo; pero nunca lo hizo».
“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera”.
La historia es contada por muchos narradores. Uno de ellos es Juan Preciado, el hijo de Pedro Páramo y de Dolores Preciado. A su llegada a Comala se encuentra al arriero Abundio, “Yo también soy hijo de Pedro Páramo”, le dijo y le recomienda hospedarse en casa de Eduviges Dyada.
Comala era un pueblo abandonado. Pedro Páramo había muerto hacía muchos años. Había sido el cacique y dueño de la Media Luna y de todos los terrenos a su alrededor, por la que pasaron las tropas revolucionarias de diferentes bandos a pedir “las ayudas”, carrancistas, obregonistas, al final cristeros, “—Me iré a reforzar al padrecito. Me gusta cómo gritan. Además lleva uno ganada la salvación”.
Por la Media Luna y por Pedro Páramo también pasaban las mujeres del pueblo. Se casó con Dolores Preciado, pero su amor fue Susana San Juan. “¿Pero cuál era el mundo de Susana San Juan? Ésa fue una de las cosas que Pedro Páramo nunca llegó a saber”. “…tu cuerpo transparentándose en el agua de la noche. Susana, Susana San Juan”.
“¿Has oído alguna vez el quejido de un muerto?», me preguntó a mí. —No, doña Eduviges. —Más te vale”.
Pedro Páramo es una novela de transgresiones. Y nadie sale indemne de su lectura. “Oímos ladrar a los perros, como si nosotros los hubiéramos despertado”.
Juan Rulfo (Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaino) Apulco, Jalisco, México 1917 – 1986.
Juan Rulfo. Pedro Páramo. España: RM Verlag. 2019. 140p. Ed. Kindle.
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