Joseph Roth (1894-1930) nació en la ciudad de Brody, una región de Galitzia de los Cárpatos que en ese momento era parte del Imperio austrohúngaro con frontera con la Rusia zarista.  La región ha formado parte de Polonia, de la URSS y actualmente de Ucrania.

Radetzkymarsch, La marcha Radetzky o La marcha de Radetzky  (1932)

La marcha Radetzky es, acaso, la gran novela austríaca.  Su contexto es histórico.  Es una historia real novelada que incluyo aquí porque trata de la decadencia. La decadencia real de un imperio y en la ficción de la novela, la decadencia moral del último miembro de la familia Trotta.  La saga de la familia Trotta empieza a partir del ennoblecimiento del abuelo en 1859 hasta el colapso del Imperio austrohúngaro en 1918.

El abuelo había accedido a la nobleza después de la batalla de Solferino (1859) cuando salvó la vida del emperador Francisco José I.  El padre fue comisario de distrito en una ciudad de Moravia-Silesia. El nieto Carl Joseph von Trotta fue capitán de caballería del ejército y después de un duelo con muertos, decidió pasarse al regimiento de cazadores, en la frontera con Rusia.

Joseph Roth recrea el implacable proceso de desintegración de un imperio que comprendía una variedad de pueblos sometidos de diferentes etnias, lenguas y creencias; la aparición y difusión de nuevas ideologías “revolucionarias”. “Esta época solo quiere crear Estados nacionales. Ya no creemos en Dios. La nueva religión es el nacionalismo”.

La desintegración de la monarquía implicó la desintegración de una época y sus valores, un proceso que el joven Trotta, como seguramente lo vivió su generación, se vivió como incomprensible y amenazante.  “Nadie puede responder por los actos de los demás. –Mi padre respondió por los míos –dijo el capitán de distrito–, y mi abuelo por los de mi padre. –Entonces era diferente –respondió Skowronnek–. Hoy ni siquiera el emperador responde por su monarquía. Sí, parece incluso que ni siquiera Dios quiere responder por el mundo. Por entonces era más fácil. Todo era más seguro. Cada piedra estaba en su sitio”.

 El joven Trotta es temerario e irresponsable como jefe de su tropa; se sumerge en la bebida, el juego, y la relación con la señora Taussig lo llenan de deudas para pagar los viajes a Austria.  El padre Trotta no escatimará esfuerzos para tratar de salvar a su hijo.  Casi al final del libro durante una fiesta de verano, alumbrados por las luces prendidas gracias a la reciente electrificación, se recibe la noticia del asesinato en Sarajevo del heredero al trono del imperio austrohúngaro, el 28 de junio de 1914. En algunos asistentes hay dolor, en otros, como en los húngaros, satisfacción.  Para Trotta, era la guerra para la que se había preparado desde niño. “Vio al otro lado, más allá de la cuesta, las dos filas de cosacos apuntándole. No tenía miedo. No se le ocurrió que podía ser abatido igual que los demás. Oía ya los disparos que aún no se habían producido y al mismo tiempo los primeros compases de la Marcha Radetzky”.

Tremendo libro de Joseph Roth.

La Marcha Radezky es una composición del músico austriaco Johann Strauss padre (1804-49), en honor al mariscal austriaco Joseph Radetzky y que en esta novela se toca frecuentemente en el pueblo de donde era comisario el padre Trotta.

Beichte eines Mörders. Erzählt in einer Nacht, Confesión de un asesino. Contada en una noche (1936)

Espía Semjon Golubchik

Joseph Roth vivió en París durante el periodo de entreguerras. Solía acudir a la taberna del ucraniano Tari Bari, un lugar de reunión de rusos en el exilio.  Ahí escuchó a uno de los exiliados rusos llamado Semjon Golubchik, contar su historia antes y durante la Revolución Rusa, la caída del imperio Austrohúngaro, la Primera Guerra y su vida como espía ruso en Europa.

El narrador Roth relata la historia que contó Semjon Golubchik, quien en esta novela de espías y asesinos, se convierte en un segundo narrador.

“Tomen a mí mismo, por ejemplo. He matado y, sin embargo, me considero un buen hombre. Una criatura detestable, o para hablar más claramente, una mujer, me llevó a asesinar”.

Golubchik cuenta que él había sido hijo ilegítimo del Príncipe Krapotkin y de una muchacha del medio rural.  De joven fue a Odessa a reclamarle al padre lo que él consideraba suyo. El padre tenía un hijo adoptivo y a Golubchik sólo le regaló una caja de tabaco rapé (tabaco en polvo).  Golubchik le da la caja al húngaro Jeno Lakatos, quien vendió la caja a un judío y causó que Golubchik fuera arrestado.  Lakatos es un personaje oscuro que aparecerá a lo largo de la historia, siempre complicando las situaciones.

Golubchik justificaba sus malas acciones al hecho de que su padre no lo hubiera reconocido, a que sentía tener los derechos que tenía el hijo adoptivo, quien se convirtió en el centro de su odio y a quien hacía responsable de su mala suerte.

Entró a la policía rusa y se fue convirtiendo en un hábil y tramposo policía.  En San Petersburgo fue agente del servicio secreto, al mando de un Count W.  Cuando espiaba a M. Charron, un modisto francés, se enamoró de la joven modelo Lutetia, sin saber que ella tenía una relación con el hijo adoptado. Creía haberlos asesinado.

Fue enviado a París como espía con un pasaporte falso con el nombre de Krapotkin. Trabajó para Solovejczyk, el jefe de inteligencia rusa en París, viviendo la vida doble de los agentes secretos.

Al final, en la última escena de libro, cuando el narrador regresa a su hotel, un hombre cojo se le acerca. Roth cree reconocer a Lakatos

Joseph Roth (Brody, Galitzia, Imperio austrohúngaro 1894, París 1939).

Joseph Roth. La Marcha Radetzky. España: Alba Editorial. 2020. 369 págs Edición de Kindle.

Joseph Roth. Beichte eines Mörders. Erzählt in einer Nacht.  Confession of a Murderer. Told in One Night noche  New York: The Overlook Press. Woodstock & New York. 1965. 190 págs.