The Secret Agent, es una novela de espías, de anarquismo y terrorismo. Conrad había nacido en el seno de una familia polaca en la ciudad de Berdyczów (actualmente en Ucrania) que había sido parte del Reino de Polonia y en ese momento era parte del Imperio Ruso. Se nacionalizó británico y escribió en inglés.
La novela parte de un hecho real: el 15 de febrero de 1894, un anarquista francés de nombre Martial Bourdin, hizo detonar una bomba en el Parque Greenwich, cerca del Observatorio del mismo nombre, y falleció treinta minutos después. Se considera este atentado como el primer acto terrorista en Inglaterra.
En la ficción de la novela, la acción sucede en Londres, en 1886. En una casa modesta, en un barrio pobre, vive Adolf Verloc con su esposa Willie, su cuñado Steve y su suegra. En la planta baja había una especie de tienda de libros y revistas que atiende Steve, a quien Willie protege con un amor maternal por ser un joven muy sensible, con cierta discapacidad mental, y Steve siente una gran veneración por su cuñado Verloc.
La tienda de libros era una pantalla de las actividades Para Verloc. Durante once años había estado a sueldo de “la embajada” como “agente provocador”, era vicepresidente de la asociación “Futuro del proletariado” (FP) que editaba una especie de revista, y delegado del Comité Rojo Central. Su interlocutor en “la embajada” (¿Rusia?) era el primer Ministro de la embajada, el señor Vladmir, quien motivó a Verloc a planear, organizar y perpetrar un ataque al observatorio de Greenwich.
Las conversaciones entre Verloc y los anarquistas Ossipon, Michaelis, Karl Yundt y “el Profesor”, quien fabricaba bombas por encargo, transmiten el clima político-social del momento. Las actividades de Verloc muestran la actividad de un espía motivado por sus ideales para convertirse en un terrorista. Y la investigación del detective a cargo, el inspector jefe Heat, expone las motivaciones políticas, pues mientras él está seguro que el atentado no había sido organizado por los terroristas, sino por fuerzas extranjeras, tiene que acatar las órdenes que va recibiendo de su superior, “el Comisario”, y el superior de éste, Sir Ethelred.
Ciento cincuenta páginas le bastaron a Joseph Conrad para narrar una trama, reflexionar sobre anarquismo, espionaje y terrorismo, exponer a diplomáticos y policías, ofrecer un retrato de la vida familiar de Verloc y hacer profundos retratos psicológicos de Verloc, de Willie, de Steve y de la suegra. El final es dramático y triste, cuando Willie toma conciencia de las actividades de su esposo y de cómo había estado utilizando a su queridísimo Steve.
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La revista «The Economist», en su edición del 4 de noviembre de 2017, presenta una reseña del libro The Dawn Watch: Joseph Conrad in a Global World, de la autora Maya Jasanof. El titulo de la reseña es «Restless soul. The first novelist of globalisation» e inicia con la siguiente afirmación: «Joseph Conrad was a phenomenon«. Sobre el libro que se reseña aquí, la autora escribe: «…Russian revolutionaries and militant Irish nationalists inspired «The Secret Agent», set in a grimy, Dickensian London, an ironic treatment of plotting and terrorism and a bomb that goes off at the wrong moment, killing an innocent simpleton.» (https://www.economist.com/news/books-and-arts/21730850-raised-speaking-polish-and-french-joseph-conrad-didnt-learn-english-until-he-was-21)
Joseph Conrad (Józef Teodor Konrad Korzeniowski), Berdychiv, Ucrania- Polonia 1857– Inglaterra, 1924.
Joseph Conrad. The Secret Agent. UK: Penguin. 2000. 140 págs.
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