Un ciudadano que protesta por la contaminación del agua en un balneario como consecuencia de los desechos de un comercio; un gobierno que privilegia los ingresos que provienen del balneario y del comercio; una prensa que se alía con los intereses económicos; una asamblea popular manipulada por los intereses económicos y mediáticos y que no solo vota por desatender los peligros de la contaminación, sino que aplica el ostracismo al ciudadano que protesta. Este es el tema de la obra de teatro publicada por Ibsen en Noruega en 1882. Las mismas transgresiones al medio ambiente que hoy y, también, según nos convenga, enemigos o amigos del pueblo, criminales o víctimas.

La influencia de Henrik Ibsen (Noruega, 1828-1906) en la dramaturgia noruega y universal es decisiva. Sus temas siempre cuestionan y siguen tan vigentes como cuando se publicaron.

Un enemigo de pueblo (1882) es un drama estructurado en cinco actos. Sucede a finales del siglo diecinueve en una ciudad costera de Noruega donde había un balneario muy visitado. El protagonista era el médico del pueblo. Y del balneario. El doctor Tomás Stockmann estaba casado con la señora Catalina Stockman, tienen una hija Petra, maestra de escuela y dos hijos, los niños Ejlif y Morten. Pedro Stockmann es su hermano, el alcalde y presidente de la Sociedad del Balneario.

Completan el reparto Morten Kul, el rico curtidor, padrastro de la señora Stockmann. El señor Hovstad, director del periódico “La Voz del Pueblo”, Billing, el redactor y Aslaksen el impresor. El capitán Horster, amigo de Stockmann. Y gentes de la ciudad, hombres y mujeres, de todas las clases sociales.

Los escenarios son la casa de los Stockmann, el periódico y la casa de Horster donde se reúne la asamblea del pueblo para discutir la denuncia que había hecho el doctor Stockmann.

El doctor Stockman había comprobado que las aguas del balneario, en el cual se invirtió mucho dinero, eran un foco de infección “Todas las inmundicias del valle y de los molinos van a parar a las cañerías, envenenan el líquido, y tanta porquería desemboca en el mar, en la playa..”. Stockmann había enviado muestras de agua a la universidad, el análisis que recibió señaló la existencia de “sustancias en descomposición y de grandes cantidades de infusorios en el agua”. Stockmann estaba consciente del alboroto que iba a causar, porque se debería de levantar toda la cañería, construir una cloaca para recoger las inmundicias que provenían de la curtiduría del Valle de los Molinos y trasladar las tuberías de agua.

El alcalde, Pedro Stockmann, se opone al proyecto; por su costo y por el tiempo en que se tendría que cerrar el balneario, se arruinaría su ciudad natal. Como alcalde, le prohíbe a su hermano seguir hablando del problema y le exige escribir una declaración que tranquilice. Lo amenaza con cesarlo como médico del establecimiento y declararlo “enemigo del pueblo”.

Catalina le dice a su esposo que su hermano tiene el poder, “pero yo tengo la razón”, responde el doctor. — ¿Y de qué te sirve la razón si no tienes el poder?

Hovstad, el director del periódico “La Voz del Pueblo”, se retracta de su ofrecimiento de publicar el texto en el cual el doctor explicaba la situación del balneario. El alcalde interviene y el impresor Aslaksen, dice que no puede imprimirlo, iría contra la opinión pública.

En la casa del capitán Horster se reúnen los ciudadanos de todas las categorías sociales, se había anunciado una conferencia del doctor Stockmann, contra su hermano el alcalde. Se somete la propuesta del alcalde. El doctor habla del sufragio universal, de la masa amorfa, como enemiga de la razón y de la libertad, insiste que la mayoría puede tener la fuerza, pero no la razón. Los asistentes reaccionan iracundos, el pueblo vota gritándole “Enemigo del pueblo”.

El último acto sucede en casa del doctor Stockmann. Le han retirado su cargo en el balneario, el casero le había pedido la casa donde vivían, apedrean la casa y rompen los vidrios. La hija Petra es despedida como maestra de la escuela y a los niños les dicen que no asistieran a la escuela por una temporada. En la ciudad circulan cartas anónimas contra la familia pidiendo a los ciudadanos que no lo llamaran. Al capitán Horster, que había ofrecido trasladarlos en su barco, lo despiden. El dueño de la tenería, responsable en parte de la contaminación del agua, compra las acciones del balneario que por la situación bajaron de precio. “La Voz del Pueblo” escribió un artículo sosteniendo que todo había sido una estrategia del doctor Stockmann y el curtidor Kur para hacerse de todas las acciones del balneario.

El doctor Stockmann toma la decisión de quedarse en el pueblo. Le han quitado su cargo en el balneario, su clientela, su casa, pero siempre, dice le quedarán los pobres, los que no pagan. Dice que mostrará a los que se llaman liberales que son los peores enemigos de los hombres libres al supeditar la verdad a los intereses de los partidos. Había que votar. “aunque no entiendan nada”, dice Billing: “la sociedad es como un navío, y cada cual tiene que participar en la dirección del timón, según sus fuerzas”.

“…ahora soy el hombre más poderoso de la ciudad?

SEÑORA STOCKMANN. — ¿Poderoso?… ¿Tú?

DOCTOR STOCKMANN. — Sí. Y hasta me aventuro a decir que soy uno de los hombres más poderosos del mundo. … Helo aquí. Escuchad. El hombre más poderoso del mundo es el que está más solo.

Henrik Ibsen (Skien, Noruega, 1828-1906)

Henrik ibsen, Un enemigo del pueblo . Greenbooks editore. 2019. 130p. Ed. Kindle.