El gran Georges Simenon nació en Lieja, Bélgica, en 1903 y murió en Lausana, Suiza, en 1989. Vivió en Bélgica, París, Estados Unidos, Canadá, Costa Azul y Lausana; fue un gran viajero y su vida es tan interesante como la de sus personajes*. Simenon publicó 192 novelas y otras treinta bajo 27 seudónimos; ha sido traducido a más de 50 lenguas con más de 550 millones de ejemplares vendidos hasta la fecha; además se han filmado varias series de televisión y muchas películas de cine basadas en sus novelas.
Lo que más le interesaba a Simenon eran sus personajes y el mundo en el que se movían. Sus historias, aún las no policiacas, se amalgaman perfecatamente gracias a la extraordinaria descripción de los ambientes y las personalidades que en un momento y lugar dado, se conjuntan y actúan según sus circunstancias, su naturaleza o carácter, o simplemente por el factor “suerte”. Es aquí, en la descripción de sus personajes, donde Simenon es grande.
En su edición del día de hoy, Abril 2, 2019, «El País» publica un artículo-homenaje de Juan Carlos Galindo** del cual tanscribo lo siguiente:
Es el 17º autor más traducido del mundo, el primero en francés entre los escritores del siglo XX y el tercero en toda la historia solo por detrás de Verne y Dumas, según la Unesco.
«SEIS RECOMENDACIONES PARA UNA OBRA INABARCABLE»
Es imposible reducir la extraordinaria cantidad de buenas novelas de Simenon a un pequeño grupo. Proponemos estas seis por su relevancia en la carrera del escritor y por su influencia y prestigio.
La nieve estaba sucia (Acantilado). Quizás la más dura de las novelas duras. Una mirada sórdida a la Ocupación (aunque no esté localizada en ningún lugar concreto) al colaboracionismo, al ansia de progresar en la vida como sea, al papel de la violencia en la vida.
El gato (Acantilado). El miedo a la soledad, la miseria de hacerse mayor, la inmundicia moral eran esto. Casi todos los expertos coinciden en elegirla como una de las tres mejores novelas del autor.
Pedigrí (Acantilado). Una historia que no es biográfica aunque lo parece pero con la que Simenon consiguió sus más altas cotas literarias.
El muerto de Maigret (Acantilado). Marcada por un inicio magnífico, es una de las novelas de la serie de Maigret en la que se mejor la complejidad del comisario.
Maigret tiende una trampa (Acantilado). Una de las más adaptadas al cine y a la televisión, también es uno de los relatos que más ingredientes clásicos y mejor ritmo tiene.
Maigret à New York (Tout Simenon 1. Omnibus). Una oportunidad de ver al comisario jubilado y en un contexto ajeno a su querido París o a la campiña. Un lugar en el que a veces se encuentra perdido y en el que mezcla momentos de gran lucidez con algunos muy enfadado. No es de los mejores relatos pero sí uno de los más peculiares.
El GRAN GRAN personaje de Simenon (aparte de él mismo) es su detective Jules Maigret, quien aparece por primera vez en 1929 en Pedro El Letón y por última vez en 1972, en Maigret y El Señor Charles. Maigret es el protagonista de 75 novelas y 28 relatos cortos**. Las series de televisión y las películas con Maigret son tan exitosas como sus libros, en especial la del actor francés Bruno Cramer como Maigret.
Maigret, más que resolver crímenes, resolvía personas. En la mayoría de sus novelas el inspector Jules Maigret ya es un famoso inspector, jefe de la policía de homicidios de París con oficinas en el Quai des Orfèvres. Es alto, uno ochenta, de hombros anchos, siempre fumando su pipa, le gusta beber y acostumbra hacer varias paradas en bares durante sus pesquisas. Vive confortablemente en su piso de Boulevard Richard-Lenoir en París, con su esposa Madame Louise Maigret quien parece cuidarlo como si fuera un niño. Nunca tuvieron hijos.
«Era un Maigret que parecía hincharse, hacerse grueso y pesado… ¿Se puede decir que esta un poco como una esponja? La frase era del brigada Lucas, que tantas veces había trabajado con él y le conocía mejor que nadie… «En el transcurso de una investigación, hay un momento en que el patrón se hincha de repente, como una esponja -solía contar el brigadier-. Se diría que se encuentra lleno»» («El inspector Cadavre»)
* Algunas referencias sobre Simenon:
- **Juan Carlos Galindo. «El enigma Simenon sigue vivo» en «El País», 2 de abril de 2019. https://elpais.com/cultura/2019/03/30/actualidad/1553977532_979419.html
- Pierre Asoluline. Simenon : biographie. Paris : Julliard, 1992. Autodictionnaire Simenon, Paris : Omnibus, 2009; en español: Simenon: Maigret encuentra a su autor, Pozuelo de Alarcón: Espasa-Calpe, 1994.
- Margo Glantz. “El caso Georges Simenon” en La Jornada, jueves 14 de junio de 2012. http://www.jornada.unam.mx/2012/06/14/opinion/a04a1cul
- Joan Acocella. “Crime Pays. The dilemma of Georges Simenon” en The New Yorker, 10 de octubre de 2011. https://www.newyorker.com/magazine/2011/10/10/crime-pays-joan-acocella
Maigret se trompe, Maigret’s Mistake, El crimen del piso tercero. 1953
Una mañana de noviembre Maigret recibe una llamada del detective Dupeu, del distrito de los Ternes, quien era “tan ansioso de hacerlo todo bien, que se ponía enfermo de celo.. Hasta los objetos que le rodeaban tenían un aspecto melancólico y triste…Hay que añadir que tanto en verano como en invierno, estaba acatarrado”. Le informa de un asesinato en la avenida Carnot, en el tercer piso. La víctima es una joven llamada Louise Filon, había recibido un balazo la cabeza. Antes de subir al tercer piso Maigret entra a la portería y le hace algunas preguntas a madame Cortera la portera. En el departamento del tercer piso ve a la joven asesinada y se va a la cocina a hablar con la asistenta, madame Désiré Brault.
Louise Filon, Lulú, había dejado la prostitución, tenía 26 años, y un novio, Pierrot quien tocaba el saxofón en un bar. Dos años antes había estado muy enferma; después de que el célebre doctor Gouin la había operado ya no regresó a las calles porque el doctor la había instalado y la mantenía en el tercer piso del edificio de la Avenida Carnot; un piso arriba el doctor vivía con su esposa Germaine.
El doctor Gouin es uno de los personajes más interesantes de Simenon, tal vez, porque como él mismo, necesitaba el sexo como una forma imperiosa de desahogo; ambos tenía una gran opinión de sí mismos, el médico era tan extraordinario médico, como Simenon extraordinario escritor. Al doctor Gouin no le interesan las opiniones de los demás, pero evitaba estar solo, por eso se había casado con su enfermera, por eso siempre lo acompañaba su asistente, la doctora Mademoiselle Decaux.
“Su estatura debía de ser media cabeza más que la de Maigret siendo casi tan ancho de espaldas. Podría juzgarse difícilmente de su corpulencia a causa del abrigo suelto que pareciera ser demasiado ancho para él y mucho más largo de lo exigido no debería preocuparse por su aspecto externo pues también el sombrero lo llevaba cualquier modo…”
Maigret investiga e interroga, pero no busca a Gouin. Parecía impresionado por la personalidad del doctor, o tal vez porque al igual que él, había nacido en un pueblecito del centro de Francia, como él, tuvo que trabajar muy joven, y como él había empezado a estudiar medicina pero a Maigret le había faltado la habilidad para continuar sus estudios.
Gouin baja al tercer piso donde Maigret había dejado al inspector Janvier. “Me extraña que su jefe no haya tenido curiosidad de interrogarme. Puede usted decirle, joven, que estoy a su disposición”. Janvier luego le diría a su jefe: “Este hombre da a uno la sensación de que uno no es nada; de que, aunque su mirada se posa sobre uno, no le concede más importancia que a una flor o a un dibujo de la tapicería”.
A excepción de su cuñada, la hermana de Madame Gouin quien le dice que el doctor es “…un hombre que se cree por encima de las reglas de la moral y de la decencia”, todas las mujeres que lo rodean están dispuestas a mentir por él. Para su asistente Lucile Ducaux “…es un hombre que discute con nadie y goza de una facultad excepcional para ignorar a las gentes…” Todos los entrevistados por Maigret habían estado de acuerdo de que Gouin no exigía, no seducía, nunca pedía nada.
Cuando finalmente Maigret interroga a Gouin en su departamento de la Avenida Carnot, parece que ambos tenían opiniones semejantes sobre los hombres, la vida, los celos, la envidia, el enamoramiento, si bien para el doctor el sexo tenía un muy diferente significado. A sus 62 años, no bebía licor, no por virtud ni por régimen, sino porque no lo necesitaba; le es indiferente la muerte y la soledad moral, pero no el vacío, de ahí su necesidad física de estar siempre con alguien. Maigret le pregunta si sabía que Lulú estaba embarazada, Gouin le contestó que sí y que era indiferente al embarazo y a la paternidad. Maigret le pregunta si su esposa sabía que Lulú estaba embarazada.
Georges Simenon. Leija, Bélgica. 1903-1989
Maigret se trompe, Maigret’s Mistake, El crimen del piso tercero. Agosto 1953. Madrid: Aguilar. “El lince astuto”. Tomo V. P 830-997.
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