La ficción de Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, España,1951) se nutre de la historia, el arte, la biografía, las aventuras, el reportaje de guerra, el narcotráfico, el ajedrez, el espionaje, y el crimen. Sorprende por la gran información que proporciona en sus novelas, son divertidas, hay mucha acción y pasan muchas cosas.
La tabla de Flandes (1990)
Restauradora de arte Julia
En esta historia hay un cuadro, su pintor, su dueño, y Julia, la restauradora, hay una partida de ajedrez, y varios asesinatos. Y muchos enigmas, en una divertida y ágil trama detectivesca, que se complica con interesantes y atrayentes coyunturas de la historia del arte, en el contexto del maravilloso y enigmático mundo del ajedrez.
En su piso de Madrid la joven restauradora Julia, trabajaba en la restauración de la pintura que le han encargado, previa a su subasta. Descubre una inscripción en latín “Quis necavit equitem”, oculta bajo capas de pintura. El autor de la tabla es un pintor flamenco del siglo XVI, Pieter Van Huys.
La pintura prerenacentista muestra en un primer plano, una partida de ajedrez entre dos personajes masculinos: Fernando de Altenhofen, duque de Ostemburgo, jugando con las blancas y con las negras su amigo Roger de Arras. En un segundo plano sentada o leyendo, se ve a Beatriz, duquesa de Ostemburgo. Detrás de ella se abre una ventana o balcón y un paisaje. El interior, los elementos decorativos y la vestimenta de los tres personajes proyectan un nivel de riqueza.
Julia busca a Álvaro, un catedrático en arte con el que había tenido una relación íntima. Álvaro le cuenta la historia de los personajes representados en la tabla. En Flandes durante el siglo XV, la duquesa de Ostemburgo y Roger de Arras habían sido amantes. Roger había sido asesinado dos años antes de que el pintor realizara el cuadro.
Julia comunica su hallazgo a Menchu Roch, la galerista que la había contratado. A César, un anticuario homosexual, a quien ella ve como su padre. Al dueño de la tabla que es un hombre mayor de nombre Manuel Belmonte, que vive con su sobrina Lola y el marido de ésta Alfonso.
Para César el tema del cuadro es la partida de ajedrez y la inscripción oculta encierra el misterio de un asesinato. Se preguntan quién mató al caballero (o quién se comió al caballo blanco). Si se resuelve el misterio se elevará el precio del cuadro. Contratan a Muñoz, un ajedrecista muy peculiar (el mejor, pero siempre se retiraba antes del jaque mate) quien sugiere emplear la técnica del “ajedrez retrospectivo”.
“Quis necavit equitem. Quién mató al caballero”. Y también ¿quién y porqué fueron asesinados Álvaro y Menchu?
Aquí está una imagen del tablero por si alguien puede encontrar, en retrospectiva, las jugadas que llevaron a la toma del caballo blanco y así acompañar a los protagonistas a develar los enigmas.
La sombra del águila (1993)
Irónica, hilarante, breve y magnífica. Una “joya”.
En septiembre de 1812 la Grand Armée de Napoleón Bonaparte -el “Petit Cabrón”, “el enano”-, se enfrentaron con los rusos en Sbodonovo, la batalla estaba perdida. En el ejército de Napoleón había un batallón, el 326, formado por 450 españoles de infantería que vestían, muy a su pesar, el uniforme “gabacho”. “Raas-zaca-bum-cling-clang una y otra vez, y nosotros procurando mantener el paso y la formación a pesar de lo que estaba cayendo”.
Desde lo alto de una colina Napoleón y su estado mayor (los mariscales Labraguette, Lafleury, Dufour, Murat, Legrand), miraban con estupor y desconcierto cómo el batallón de los españoles avanzaba sin detenerse, siguiendo la bandera con el águila francesa que enarbolaba uno de los españoles. Seguían a su capitán, el capitán García, hacia los cañones rusos, sin contemplar cómo a sus espaldas los “alonsanfán” estaban siendo aniquilados por los rusos. El soldado que enarbolaba la bandera francesa traía escondida, debajo de su casaca, una bandera blanca. Porque los españoles, aborrecían a los franceses más que a los rusos y su objetivo era “en buen orden y con tambores y banderas al viento”, pasarse a las filas de los “ruskis enemigos”. “Con dos cojones”.
La narración de Arturo Pérez Reverte concluye que “Durante mucho tiempo, los historiadores militares han intentado explicarse lo que ocurrió en Sbodonovo, sin resultado”.
Los que saben, han escrito que Arturo Pérez-Reverte conoce bien la historia de la campaña rusa de Napoleón, la conformación, tácticas y estrategias del ejército napoleónico. Que también conoce muy bien La Guerra y la Paz de Tolstoi. Que en la España de José “Pepe Botella” Bonaparte, se vivía la Guerra de la Independencia. Y que sí hubo españoles en septiembre de 1812 en la batalla de Borodino.
El francotirador paciente (2013)
Scouter Alejandra Varela, Lex
El tema de El francotirador paciente es el “grafiti”.
El grafiti es una manifestación artística que ya tiene un lugar en la Historia del Arte. Se le consideró la guerrilla del arte, las calles son el lienzo y los grafiteros sus escritores.
La música rap (oral), el turntablism o DJing (auditivo), el break dance (físico) y el grafiti (visual) son las cuatro manifestaciones artísticas que se unen en la “cultura hip hop».
El grafiti sigue sus propios códigos y leyes internas. Sus parámetros son diferentes y en cierta medida antagónicos. El lenguaje se desdobla para transmitir otros significados que están a la vista de todos, cotidianamente, en las calles de las ciudades del mundo, sin que tengamos conciencia de ello. El grafiti nació ilegal, clandestino, territorial, individualista, transgresor, sin la perversión del mercado.
En la ficción de la novela, «Sniper» es el grafitero que busca Lex, la detective y narradora de este thriller.
“El Destino me hacía guiños …” se dijo a sí misma Alejandra Varela, “Lex”, cuando Mauricio Bosque, propietario y editor de Brnan Wood, editorial especializada en libros de arte, le solicitó que se convirtiera en su “scout” para encontrar a “Sniper” y lo convenciera para salir a la luz pública con un gran libro que presentara su obra, organizar retrospectivas en los grandes museos del mundo y llevarlo a las casas de subastas. (En la jerga editorial “scout”, es una persona que se encarga de localizar autores y libros interesantes, “Una especie de rastreador culto, cualificado, con buen olfato; alguien que frecuenta ferias internacionales de libros, hojea los suplementos literarios, toma el pulso a las listas de más vendidos, viaja en busca de novedades”. O sea, un buen detective).
Sniper, es una leyenda del “arte urbano”. No se conoce su nombre, no hay fotos de él, no se sabe dónde se encuentra, sólo se sabe que tiene alrededor de cuarenta años. Introdujo en su obra las calaveras o calacas influenciado por José Guadalupe Posada. Su firma o “tag” es un círculo blanco con una cruz que asemeja la mira telescópica del rifle del francotirador (el tirador de élite a grandes distancias que desde lugares ocultos, y camuflajeado, espera pacientemente su víctima y se retira sin ser visto). En vez de rifles, sus armas son los aerosoles y los rotuladores, la pintura y su enorme poder de convocatoria para, a través de claves por internet, pintas callejeras, mensajes de móviles o de boca a boca, atraer a “la comunidad internacional de escritores de paredes”, jóvenes con mochilas con aerosoles y rotuladores para realizar “actuaciones” o “intervenciones” cada vez más difíciles y riesgosas. Las “intervenciones” son los montajes en cualquier tipo de pared, edificio, escultura, vagones de metro, de ferrocarril, donde expresan según su individualidad, el tema propuesto por Sniper. Suelen realizar primero un marcaje inicial y luego los trazos rápidos de aerosol que rellenan con color.
Lex empieza recorriendo Madrid buscando grafiteros que la ayuden en su investigación y al mismo tiempo buscando el tag de Lita “Espuma”, la joven grafitera de la que estaba enamorada y que murió en una intervención. Se entera que el millonario dueño de una cadena de tiendas de ropa llamado Lorenzo Biscarrués, ha puesto precio a la cabeza de Sniper. Lo culpa de que su hijo menor de diecisiete años, Daniel, al igual que su amada Lita, murieran al caer de una “intervención” convocada por Sniper en el techo del edificio de la Fundación Biscarrués sobre la Gran Vía en Madrid. Ahí quedó el tag de Daniel “Holden” (Holden Caulfield, el personaje de J.D. Salinger).
Su investigación la lleva a Lisboa, considerada capital del grafiti. En una ocasión Sniper la había bombardeado con la imagen de un ojo tachado, en homenaje a Saramago. En internet hay una nueva convocatoria, “Sniper. Movida en Italia”. Lex se da cuenta que es seguida por un hombre y una mujer.
En Verona ante la mirada estupefacta de las autoridades y maravillada de veroneses y turistas, la estatua de bronce en tamaño natural de Julieta, en el supuesto patio de su casa, apareció con el cuerpo empapelado con billetes de cinco euros pegados, el rostro cubierto por una máscara de luchador mexicano, en el pedestal la firma y el círculo cruzado de francotirador. Sniper siempre regresaba a Nápoles, los grafiteros napolitanos lo protegían como “una guardia pretoriana”. Lorenzo Biscarrués le ofrece una recompensa si le avisa dónde encontrar a Sniper.
Lex encuentra a Sniper. Su taller era un “genial laboratorio de guerrilla urbana”. La invita a que lo acompañe, va a realizar una intervención riesgosa, en el hueco que forma una especie de nicho en uno de los túneles más profundos del metro de Nápoles y que se iluminaba cuando pasaban los vagones. Entre el estrépito de los vagones al pasar y el peligro que corren de ser aplastados, Lex vio que Sniper pensaba como un terrorista.
Falcó (2016)
Falcó, Eva
Falcó, Eva y Sabotaje son novelas de espías que suceden durante la Guerra civil española. Setenta años después, Arturo Pérez-Reverte reproduce el ambiente, crea y recrea acontecimientos que pudieron haber sucedido.
Falcó, agente secreto, espía y también asesino…
Lorenzo Falcó*, es el “halcón elegante”, 37 años, siempre al filo de la muerte, pero con un cigarro en la boca e impecablemente vestido (trajes de Savile Row, corbatas Charvet, camisas Burgos, zapatos de Scheer, sombreros Montecristi o Borsalino), mujeriego que atrae y es atraído por mujeres, supuestamente “teniente de la Armada” y realmente encantador mercenario, ex traficante de armas, convertido en agente secreto y espía y lo que se requiera a las órdenes de los servicios secretos y de inteligencia del Servicio Nacional de Información y Operaciones del bando nacionalista, o sea, de Francisco Franco.** Un “señorito jerezano” que acabó siendo un espía, crítico, irónico, y adictivamente seductor. Mercenario al servicio del mejor postor.
1936, primeros meses de la Guerra Civil española, Salamanca, el cuartel general del bando nacionalista (franquistas, falangistas, nacionales españoles, alemanes, italianos).
El jefe del Servicio Nacional de Información y Operaciones, el almirante, “el jabalí”, con su ojo de vidrio, ordena a Lorenzo Falcó a viajar a Alicante en la zona roja, republicana, para liberar a José Antonio Primo de Rivera, preso en la cárcel de Alicante.
Falcó se une a otros nacionalistas, entre ellos Eva Rengel, el nombre que usa Eva Neretva, la agente doble rusa del NKVD (precursor del KGB), al servicio de los republicanos e infiltrada en el equipo de Falcó.
Eva (2017)
1937. En un Tánger fascinante con una población de mitad extranjeros y mitad marroquíes y gobernada por gobiernos extranjeros***, Falcó tiene la orden de recuperar los treinta mil seiscientos cuarenta y nueve kilos de oro de la República escondidos en el barco “Mount Castle”, atracado en el puerto de Tánger, que esperaba zarpar hacia Odessa.
En el mismo muelle está atracado el “destructor” de los nacionalistas, el “Martín Álvarez”, listo para detener el barco republicano.
Falcó recorre sin cansancio la ciudad, presencia las reuniones de los marinos de los dos bandos en bares y prostíbulos. Visita y usa la casa de Moira Nikolaos para reunir a los dignos capitanes de los barcos enemigos.
Su apoyo es un fabuloso personaje, el “matón” Paquito Araña. Y su rival es la no menos fabulosa Eva Neretva, a cargo de que el “Mount Castle” zarpe a Rusia con el oro de la República.
Sabotaje (2018)
El muy ácido “almirante”, encomienda a Lorenzo Falcó una doble misión. Sucede en un Paris todavía cosmopolita y vibrante, pero ya con la sombra del nazismo y el fascismo.
En esta “entrega”, Falcó es más mujeriego, más matón y “un perfecto hijo de puta”. Su misión es acabar con el intelectual francés comprometido con “los rojos” (¿alter ego de André Malraux?) y destruir el “Guernica”, el gran lienzo de Pablo Picasso que se exhibiría en el pabellón español de la Exposición Universal de París.
En el camino le da una paliza al famoso escritor norteamericano Gatewood (¿alter ego de Ernest Hemingway?) en un bar de Pigalle y besa a Marlene Dietrich. Al final de Sabotaje, Falco camina por los muelles del Sena con el agente ruso “Pablo” Kovalenco.
“…Falcó todavía analizaba el hecho de hallarse en compañía jefe de los servicios de inteligencia soviéticos para España, y sobre todo lo insólito de que él mismo siguiera vivo en vez de ser un cuerpo arrastrado por la corriente… Al principio [Kovalenco] había hecho algunos comentarios banales sobre la situación en España, el ambiente en la retaguardia, las disputas políticas en Valencia, el desorden republicano que ponía en peligro el desarrollo de la guerra…. Nada que Falcó no supiera…”
Escuchar los audiolibros de Falcó, Eva y Sabotaje es una experiencia diferente pero igualmente grata: estuve en Salamanca, Alicante y París, escapé en el barco alemán al fracasar el atentando, presencié el secuestro de Eva y la angustia de Falcó por salvarla. Caminé por todo Tánger y sufrí con Falcó sus migrañas y las golpizas que recibió, sin que nunca perdiera el “estilo”. Finalmente, estuve en París y Picasso me pintó un retrato.
Arturo Pérez-Reverte. Cartagena, España,1951
Arturo Pérez-Reverte. La tabla de Flandes. España: Alfaguara. 1990. 336 págs. Edición de Kindle.
Arturo Pérez Reverte. La sombra del águila. España: Penguin Random House Grupo Editorial. 1993. 160 págs. Edición de Kindle.
Arturo Pérez Reverte. El francotirador paciente. España: Alfagura. 2013. 312 págs. Kindle Edition.
Arturo Pérez Reverte. Falcó. España: Alfaguara. 2016. 296 págs. Kindle Edition. Audiobook by Audible, Amazon. 2017.
Arturo Pérez Reverte. Eva. España: Alfaguara. 2017. 296 págs. Kindle Edition. Audiobook by Audible, Amazon. 2017.
Arturo Pérez Reverte. Sabotaje. España: Alfaguara. 2018. 376 págs. Kindle Edition. Audiobook by Audible, Amazon. 2018.
Comentarios