Pensar de tarde en tarde en Sherlock Holmes es una de las buenas costumbres que nos quedan…*

Detective CHICASherlock Holmes

Para Jorge Luis Borges, Sherlock Holmes “No salió de una madre ni supo de mayores. /Idéntico es el caso de Adán y de Quijano”. *

Sir Arthur Ignatius Conan Doyle nació en la ciudad escocesa de Edimburgo en 1859, en el seno de una familia católica irlandesa. Estudió medicina en la Universidad de Edimburgo. De uno de sus profesores, el Dr. Joseph Bell, aprendió el valor de observar con todos los sentidos a los pacientes.

Conan Doyle fue un prolífico escritor, ballenero, atleta, historiador, corresponsal de guerra y practicante de espiritismo. Protestó y probó la inocencia en el juicio de dos acusados. Fue nombrado caballero en 1902 por su trabajo en Sudáfrica durante la Guerra de los Boers. Murió en 1930.

En 1887 abrió una clínica de oftalmología en Londres. Escribía mientras esperaba a los pacientes (que nunca llegaron según su biografía). No tuvo éxito en sus primeros escritos por lo que pensó en escribir The Autobiograhy of a Failure, y en vez escribió la historia de un detective interesado por la ciencia.

Sherlock Holmes apareció por primera vez en A Study in Scarlet publicada en1887. En 1890, el año de la publicación de The Sign of Four, abandonó la medicina. Sherlock Holmes llegó a ser tan famoso que cuando Doyle lo mató en 1893, por la demanda de sus lectores, lo resucitó ingeniosamente.

“Lo soñó un irlandés, que no lo quiso nunca / y que trató, nos dicen, de matarlo. Fue en vano. / El hombre solitario prosigue, lupa en mano, / su rara suerte discontinua de cosa trunca”.

 “No tiene relaciones, pero no lo abandona / la devoción del otro, que fue su evangelista / y que de sus milagros ha dejado la lista. / Vive de un modo cómodo: en tercera persona”.

Arthur Conan Doyle fue su creador y John W. Watson su “evangelista”*, el narrador de cincuenta y seis de sus sesenta aventuras. Holmes toma la palabra para narrar The Adventure of the Lion´s Mane y The Adventure of the Blanched Soldier. En dos relatos hay un narrador en tercera persona.

A Study in Scarlet, The Sign of Four, The Hound of the Baskervilles y The Valley of Fear son novelas; el resto son relatos cortos.

“Es casto. Nada sabe del amor. No ha querido. / Ese hombre tan viril ha renunciado al arte / de amar. En Baker Street vive solo y aparte. / Le es ajeno también ese otro arte, el olvido”.

 Sherlock Holmes no supo del amor, pero “the Woman” fue siempre Irene Adler (A Study in Scarlet). Su archienemigo fue el Professor James Moriarty “el Napoleón del crimen” (The Final Problem). Las facultades de observación y de deducción de su genial hermano mayor Mycroft Holmes eran superiores a las suyas (The Greek Interpreter, The Final Problem, The Adventure of the Empty House, The Adventure of The Bruce-Partington Plans). Siempre dejó atónito al Detective Inspector G. Lestrade de Scotland Yard y la señora Hudson, su casera, toleró sus excentricidades.

*“Sherlock Holmes”, poema de Jorge Luis Borges. En “A Scandal in Bohemia”, Holmes exclama “I am lost without my Boswell”.

 

A Study in Scarlet, “Estudio en escarlata” (1887)

«I might not have gone but for you, and so have missed the finest study I ever came across: a study in scarlet, eh? Why shouldn’t we use a little art jargon. There’s the scarlet thread of murder running through the colourless skein of life and our duty is to unravel it, and isolate it, and expose every inch of it. And now for lunch, and then for Norman Neruda. Her attack and her bowing are splendid. What’s that little thing of Chopin’s she plays so magnificently: Tra-la-la-lira-lira-lay.

2«Si no es por usted, me hubiera perdido el mejor estudio que jamás hubiera encontrado: un estudio en escarlata ¿eh?3 ¿Por qué no utilizar un poco el arte de la lengua4? Ahí está el hilo escarlata del asesinato corriendo a través de la madeja incolora de la vida y nuestro deber es desenmarañarlo, aislarlo y exponer cada pulgada de él5. Vamos ahora a almorzar y después con Norman Neruda. Su ímpetu y su ejecución son espléndidos. Qué es esa pequeña tonada de Chopin que interpreta tan espléndidamente: Tra-la-la-lira-lira-lay6.

Publicada en 1887. John H. Watson narra la primera aventura de Sherlock Holmes. Está compuesta de dos partes.

En la introducción “Being a reprint from the reminiscences of John H. Watson, M.D., late of the Army Medical Department”, Watson se presenta a sí mismo y a Holmes; describe el inicio de su relación en el famoso departamento de 221B, Baker Street en Londres y narra el primer caso que le toca presenciar y participar.

Watson cuenta que, en su primer encuentro, Holmes lo miró y le dijo “You have been in Afghanistan, I perceive.” Más adelante Holmes le explicará los indicios que vio en él y a través de los cuales dedujo que era médico, había estado en el extranjero, en el ejército, fue herido y estuvo hospitalizado. Así Holmes inicia a Watson, y a nosotros los lectores, en “The Science of Deduction”. Y en el inmenso placer de su lectura. Y de sus relecturas.

“In height he was rather over six feet, and so excessively lean that he seemed to be considerably taller. His eyes were sharp and piercing, save during those intervals of torpor to which I have alluded; and his thin, hawklike nose gave his whole expression an air of alertness and decision. His chin, too, had the prominence and squareness which mark the man of determination. His hands were invariably blotted with ink and stained with chemicals”.

I’m a consulting detective”. Sherlock Holmes irrita y sorprende a Watson. Le parece que Holmes es ignorante en todo, menos en literatura sensacionalista, que trata de olvidar lo vano para no ocupar su cerebro, que todo lo que sabe es gracias a sus observaciones y que ha hecho de la ciencia de la deducción y del análisis, un arte. Porque, decía, había que observar en vez de ver, no teorizar antes de tener datos para no caer en la trampa de que los hechos se ajusten a las teorías, en vez de que las teorías se ajusten a los hechos.

Para Holmes se podía reproducir la cadena de razonamientos sí se observaba el comportamiento y los gestos y, muy importante, había que fijarse en lo «singular».

Al respecto es interesante hacer notar que tanto Arthur Conan Doyle como Sigmund Freud conocieron el llamado «Método Morelli» de Giovanni Morelli, los tres médicos. En breves palabras, el método consiste en la aplicación del modelo de la sintomatología o semiótica médica, la observación directa de síntomas superficiales, a veces irrelevantes a ojos del profano, pero «singulares». (Carlo Gibzburg. (1986). Mitos, emblemas e indicios. Abril, 2021., de Gedisa. Editorial Sitio web: https://www.academia.edu/28061559/Carlo_Ginzburg_Mitos_Emblemas_Indicios_Morfologia_e_historia_pdf)

The Lauriston Garden Mystery” es la primera parte de A Study in Scarlet.

Un hombre fue asesinado en una casa desocupada en Brixton Road en Londres. Traía en sus bolsillos una tarjeta de presentación con el nombre de “Enoch J. Drebber, Cleveland, Ohio, U. S. A” y dos cartas, una dirigida a E.J. Drebber y otra a Joseph Strangerson. En el lugar había manchas de sangre, pero el muerto no presentaba ninguna herida; en una de las paredes habían escrito con sangre la palabra “Rache”. Ante el asombro de Watson y de los detectives de Scotland Yard, Tobias Gregson y Mr. Lestrade, Holmes, dedujo: envenenado y venganza.

Holmes busca un anillo, pone anuncios en el periódico y convoca a la pandilla de jóvenes sinvergüenzas que lo ayudaban.

La segunda parte de A Study in Scarlet es “The Country of the Saints”, es la precuela de los asesinatos de la primera parte. Se desarrolla durante los orígenes de la iglesia mormona en las praderas de Utah, en Estados Unidos de Norte América.

En la Gran Planicie de Alkali, en el centro del norte del Continente Americano, un 4 de mayo de 1847, John Ferrier encontró a una niña de cinco años, sobreviviente de una caravana de pioneros, a quien llamó Lucy Ferrier. John y la pequeña Lucy fueron rescatados por un grupo de la “Iglesia de los últimos santos”, y recibidos en la comunidad de los mormones en lo que se llamaría Salt Lake City en el estado de Utah.

“You shall remain here,” he said. “In a few days you will have recovered from your fatigues. In the meantime, remember that now and forever you are of our religion. Brigham Young has said it, and he has spoken with the voice of Joseph Smith, which is the voice of God.”

John Ferrier se dedicó a criar a Lucy y a trabajar. Con los años su granja se convirtió en una de las más ricas de la región y Lucy en una bella joven, que debía contraer matrimonio según las reglas mormonas.

Lucy se había enamorado de Jefferson Hopes que no era mormón. Desobedecen a los mayores, tratan de fugarse, John Ferrier es asesinado y Lucy es casada con el joven mormón Drebber. Lucy muere, y Jefferson Hopes toma el anillo de su mano y jura vengarse.

1 Primera parte. Capitulo 4. “WHAT JOHN RANCE HAD TO TELL”. Penúltimo párrafo.

2 Traducción de Ana Petrook.

3 Holmes agradece a Watson sus preguntas que le ayudaron a resolver el enigma.

4 La metáfora y otros tropos de la lengua.

5 “desenmarañarlo, aislarlo y exponer cada pulgada de él”, esto es, investigar.

6 Después se van a almorzar; escuchan el concierto de la violinista Wilma Norman-Neruda (1838-1911).  No está identificada la pieza de Chopin.

 

The Sign of  the Four, “El signo de los cuatro” (1890)

Hay que releer lo leído, para no perder alguna pista y para regocijarse con los diálogos entre Holmes y Watson sobre The Science of Deduction.

En la segunda investigación Watson nos cuenta que Sherlock Holmes, “the only unofficial consulting detective”, escribía monografías. En una de ellas, “Upon the Distinction between the Ashes of the Various Tobaccos” Holmes enumera e ilustra 140 diferentes clases de cenizas de cigarros, puros y tabaco para pipa, porque para él, conocer que el asesino fumaba “Indian lunkah”, reducía considerablemente la búsqueda. Para el ojo entrenado, le dice a Watson, hay tanta diferencia entre la ceniza del tabaco de “Trichinopoly” y la de los puros “Bird´s eye”, como puede haber entre una col y una papa. Había que conocer todos los detalles, ir eliminándolos, y al final solo quedaría lo verdadero.

“May I ask whether you have any professional inquiry on foot at present?” “None. Hence the cocaine. I cannot live without brainwork”.

El año es 1888 y Holmes estaba aburrido. La joven Mary Morstan llegó al 221B de Baker St. Les platica que su madre había muerto en su parto. Su padre, que era capitán de un regimiento en la India, la había enviado a un internado en Inglaterra. Al terminar sus estudios se empleó como institutriz.

Diez años antes, en el año de 1878 su padre la había citado en el hotel Langham de Londres, pero no llegó y nunca lo vio. En el hotel le informaron que su padre se había hospedado la noche anterior y que había salido. Su equipaje constaba de ropa, algunos libros y curiosidades de las Islas Andaman y un papel escrito con ‘The sign of the four— Jonathan Small, Mahomet Singh, Abdullah Khan, Dost Akbar.

Su padre sólo había tenido un amigo en Londres, el Mayor Sholto. Juntos habían comandado las tropas inglesas en las Islas Andaman en el Golfo de Bengala. El Mayor Sholto había fallecido en 1882. Cuatro meses después apareció un anuncio en el Times preguntando la dirección de Miss Mary Morstan, al cual ella había respondido. Ante su sorpresa, ese mismo día recibió una caja que contenía una perla grande, sin ninguna nota ni remitente. Desde entonces cada año en la misma fecha había recibido una caja igual con una perla similar, hasta esa mañana que en vez de la caja había recibido una nota:

“Be at the third pillar from the left outside the Lyceum Theatre to-night at seven o’clock. If you are distrustful bring two friends. You are a wronged woman and shall have justice. Do not bring police. If you do, all will be in vain. Your unknown friend”.

Holmes y Watson acompañaron a Mary a la cita. Hay una historia sobre un tesoro de la India que fue sustraído y llevado a Inglaterra. Otras historias extrañas sobre Jonathan Small, sobre un hombre con una pierna de palo, y sobre Tonga, un pigmeo aborigen.

“Well, and there is the end of our little drama,” I remarked, after we had sat some time smoking in silence. “I fear that it may be the last investigation in which I shall have the chance of studying your methods. Miss Morstan has done me the honour to accept me as a husband in prospective.”

A Scandal in Bohemia, Escándalo en Bohemia (1891)

La noche del 28 de marzo de 1888 el Rey de Bohemia, con un disfraz inútil porque Holmes lo reconoció inmediatamente, llegó al 221B de Baker Street.

Watson se había casado con Mary Morstan y regresado a practicar la medicina, había ido a saludarlo y ofrece retirarse. “I think that I had better go, Holmes.” “Not a bit, Doctor. Stay where you are. I am lost without my Boswell[1]. And this promises to be interesting. It would be a pity to miss it.”

El rey les cuenta que cinco años atrás, en Varsovia, había tenido una relación con una cantante de ópera, que irresponsablemente se habían tomado una fotografía juntos y que de hacerse pública pondría en peligro su próximo matrimonio y su reino.

Watson busca en el archivo de Holmes el nombre de Irene Adler. “Hum! Born in New Jersey in the year 1858. Contralto— hum! La Scala, hum! Prima donna Imperial Opera of Warsaw— yes! Retired from operatic stage— ha! Living in London— quite so! …”

Holmes se disfraza de clérigo, con la ayuda de Watson simula un incendio en la casa de Irene para que previsiblemente ella buscara proteger la fotografía y revelar el escondite. Irene había sido más lista que Holmes; desapareció de Londres y en el escondite Holmes encontró una fotografía de ella y una carta dirigida a él.

Para Holmes, “ella siempre es la mujer”. “TO SHERLOCK Holmes she is always the woman. I have seldom heard him mention her under any other name. In his eyes she eclipses and predominates the whole of her sex. It was not that he felt any emotion akin to love for Irene Adler. All emotions, and that one particularly, were abhorrent to his cold, precise but admirably balanced mind”.

[1] Wikipedia: James Boswell (Irlanda 1740 -1795) escribió la biografía del “ensayista, crítico, lexicógrafo, poeta, novelista” inglés Samuel Johnson (1709-1784). En “La vida de Samuel Johnson” (1791), Boswell realiza un soberbio retrato del doctor Johnson, de su tiempo y de su obra. Está considerada como la mejor biografía en lengua inglesa, y ha sido tomada como un referente biográfico moderno.

¿Entendería Watson cuando Holmes le dijo que sin él, sentía que había perdido a su Boswell?

The Red-Headed league, «La liga de los pelirrojos» (1891)

Una obra maestra que narra la extraordinaria historia de un pelirrojo, dueño de una pequeña casa de empeños en la plaza Saxe-Coburg cerca de la City de Londres. Había sido contratado para copiar la Enciclopedia Británica, en una habitación con tan solo una mesa y una silla.

Una tarde de otoño Watson encuentra a su amigo con un hombre con una llamativa cabellera roja. El hombre se llamaba Jabez Wilson. “Beyond the obvious facts that he has at some time done manual labour, that he takes snuff, that he is a Freemason, that he has been in China, and that he had done a considerable amount of writing lately, I can deduce nothing else.”

Jabez Wilson les muestra un anuncio del periódico “The Morning Chronicle” del 27 de abril de 1890, sobre una vacante en la “Liga de los pelirrojos”, con un sueldo de £ 4 a la semana.

“TO THE RED-HEADED LEAGUE: On account of the bequest of the late Ezekiah Hopkins, of Lebanon, Pennsylvania, U. S. A., there is now another vacancy open which entitles a member of the League to a salary of £ 4 a week for purely nominal services. All redheaded men who are sound in body and mind, and above the age of twenty-one years, are eligible. Apply in person on Monday, at eleven o’clock, to Duncan Ross, at the offices of the League, 7 Pope’s Court, Fleet Street”.

Jabez Wilson era dueño de una pequeña casa de empeño en Coburg Square, cerca de la “City” (el sector financiero de Londres). Su negocio apenas le daba para sobrevivir, pero tenía un ayudante, Vincent Spaulding, quien unos meses atrás entró a trabajar con él por la mitad del salario porque, dijo, quería aprender el oficio. Holmes preguntó y Wilson respondió que fue Spaulding quien le mostró el anuncio y quien lo motivó para presentar su solicitud, que lo acompañó a la entrevista, y que gracias a él evitó la larga cola de aspirantes pelirrojos. Ante su sorpresa, él fue el aceptado. Su trabajó consistió en ir cuatro horas todos los días a esa oficina, a copiar páginas de la Enciclopedia Británica. Hasta que ocho semanas después, al llegar se encontró con un anuncio que decía que la “Liga de los pelirrojos” se había disuelto. El conserje del edificio no pudo darle más datos.

Para Holmes ese era un caso de “tres pipas”. Conocía bien Saxe-Coburg Square, porque uno de sus hobbies era conocer Londres. “I should like just to remember the order of the houses here. It is a hobby of mine to have an exact knowledge of London. There is Mortimer’s, the tobacconist, the little newspaper shop, the Coburg branch of the City and Suburban Bank, the Vegetarian Restaurant, and McFarlane’s carriage-building depot”.

Con la cita “L’homme c’est rien— l’ æuvre c’est tout,’ as Gustave Flaubert wrote to George Sand” termina este maravilloso relato corto que ha servido de inspiración para otros relatos y películas de cine.

 

The Adventure of the Cardboard Box, «La caja de cartón» (1893)

El contenido de la caja de cartón que recibió la señorita Cushing era tan macabro (dos orejas humanas), como fantástica fue su resolución.

Holmes y Watson estaban sentados en la sala de su domicilio en 221B de Baker Street cuando, de repente, Holmes le dice: “You are right, Watson,” said he. “It does seem a most preposterous way of settling a dispute.” “Most preposterous!” I exclaimed, and then suddenly realizing how he had echoed the inmost thought of my soul, I sat up in my chair and stared at him in blank amazement. “What is this, Holmes?” I cried. “This is beyond anything which I could have imagined.”

Holmes le describe la cadena de razonamientos que lo llevaron a esa exclamación. Watson exclama “Do you mean to say that you read my train of thoughts from my features?”

Después de asombrar a su amigo «leyéndole la mente», Holmes le comenta sobre un artículo del periódico en el que se refería el caso de una pequeña caja enviada a una Miss Cushing, con dirección en Cross Street, Croydon. La caja estaba envuelta en papel café y atada con un cordel con un nudo de marinero. “Miss Cushing was horrified to find two human ears, apparently quite freshly severed”.

Holmes decide resolver el caso, tenía la ventaja de que no sabía nada, que su mente estaba en blanco, todavía no se había formado teorías. “We were simply there to observe and to draw inferences from our observations. What did we see first?”

“As a medical man, you are aware, Watson, that there is no part of the body which varies so much as the human ear. Each ear is as a rule quite distinctive and differs from all other ones. In last year’s Anthropological Journal you will find two short monographs from my pen upon the subject.

The Hound of the Baskervilles, El sabueso de los Baskerville (1901-1902)

Arthur Conan Doyle escribió cuatro novelas: A Study in Scarlet, The Sign of Four, The Hound of the Baskervilles y The Valley of Fear.

The Hound of the Baskervilles, (“hound”, mastín, sabueso), fue publicada por episodios entre 1901 y 1902.

“«Interesting, though elementary», said he as he returned to his favourite corner of the settee. «There are certainly one or two indications upon the stick. It gives us the basis for several deductions» le dijo Holmes a Watson al leer la inscripción grabada en la empuñadura de un bastón: «To James Mortimer, M.R.C.S., from his friends of the C.C.H.,» was engraved upon it, with the date «1884»”.

El doctor James Mortimer, albacea del recientemente fallecido Sir Charles Baskerville, recurre a Sherlock Holmes para que investigue la muerte del dueño de la Mansión Baskerville, en Dartmoor, en el condado de Devon, en el noroeste de Inglaterra. Sir Charles era un hombre apreciado, rico y viudo y las circunstancias de su muerte eran extrañas: un ataque al corazón provocado por un susto o una impresión muy fuerte; en la noche; en un páramo yermo, agreste y desolado; se encontraron huellas enormes de un perro o mastín, huellas que estaban muy cerca pero no junto al cuerpo; los campesinos habían escuchado ruidos parecidos a ladridos; y los pobladores recordaban asustados la leyenda de la bestia que siglos atrás había matado a su antepasado Hugo Baskerville en los páramos cercanos a la mansión.

 “…There are two questions waiting for us at the outset. The one is whether any crime has been committed at all; the second is, what is the crime and how was it committed?”

El heredero de Sir Charles era Henry Baskerville, hijo de un hermano, quien había nacido en América y vivía en Canadá. Recién había llegado a Londres cuando recibió un anónimo advirtiéndole que no se acercara al páramo. En el hotel donde estaba hospedado, una noche le robaron una bota, de un par nuevo de botas; a la noche siguiente apareció la bota nueva, pero desapareció otra bota, esta vez de un par muy usado. Holmes advirtió que alguien estaba siguiendo al doctor Mortimer y a Henry Baskerville y que el caso era muy complejo:

And one more question, Dr. Mortimer. Supposing that anything happened to our young friend here—you will forgive the unpleasant hypothesis!—who would inherit the estate?” “Since Rodger Baskerville, Sir Charles’s younger brother, died unmarried, the estate would descend to the Desmonds, who are distant cousins. James Desmond is an elderly clergyman in Westmoreland.”

Holmes hace que Watson viaje a Dartmoor con Henry Baskerville y le pide que no se separe de él. Watson va enviando a Holmes cartas con informes detallados de la mansión Baskerville, del matrimonio Barrymore que servía en la casa, del bosque que la rodea, del páramo cercado por colinas y grandes piedras. De los vecinos, el Dr. Mortimer, el señor Stapleton, un naturalista que vivía con su hermana en Merripit House; el señor Frankland; una bella joven llamada Laura Lyons. Y que la población estaba atemorizada por que se había escapado un preso de la prisión cercana de Princetown, Sleden, “el asesino de Noting Hill”.

“Queer place, the moor!” said he. “But what is it?” “The peasants say it is the Hound of the Baskervilles calling for its prey…” Arthur Conan Doyle crea en The Hound of the Baskervilles una formidable fusión entre la trama y el ambiente, que me encantaría comentar si no fuera porque quiero evitar el riesgo del spoiler. Y porque, como dice Holmes,

“The world is full of obvious things which nobody by any chance ever observes…»

The Final Problem, El problema final (1893) 

“IT IS with a heavy heart that I take up my pen to write these the last words in which I shall ever record the singular gifts by which my friend Mr. Sherlock Holmes was distinguished”.

 Watson se asombró al ver llegar a Holmes a su casa, hacía tiempo que no se veían. Holmes le platico que había recibido la visita del Professor James Moriarty. Que, a pesar de ser el criminal más peligroso de Londres, nadie hablaba de él. “That’s what puts him on a pinnacle in the records of crime”.

James Moriarty había nacido en el seno de una buena familia, tuvo una excelente educación que le permitió desarrollar su mente matemática. Muy joven escribió un tratado sobre el teorema del binomio, ganó una cátedra de matemáticas de una universidad pequeña y tenía ante sí una carrera brillante. Si no fuera porque tenía tendencias diabólicas que se hacían más peligrosas por sus facultades mentales. En Londres se convirtió en el jefe de un ejército criminal de falsificadores, ladrones y asesinos. “He is the Napoleon of crime, Watson. He is the organizer of half that is evil and of nearly all that is undetected in this great city. He is a genius, a philosopher, an abstract thinker. He has a brain of the first order”.

Había que capturar a ese Napoleón del crimen. Pero primero tenían que encontrarlo. Holmes le propone a Watson que lo acompañe. La crónica de Watson narra que salieron de Canterbury. Viajaron por tren, por mar y tierra. Pasaron por Estrasburgo, Luxemburgo, Basilea, Ginebra. En la zona de los Alpes suizos llegaron a la colina de Rosenlaui. Habían sido advertidos de que por ningún motivo intentaran atravesar las cataratas de Reichenbach. “I saw Holmes, with his back against a rock and his arms folded, gazing down at the rush of the waters. It was the last that I was ever destined to see of him in this world”.

Cuando Watson se acercó adonde había visto por última vez a su amigo, había signos de una lucha violenta, no había huellas de regreso y encontró la pitillera de plata de Holmes.

“Any attempt at recovering the bodies was absolutely hopeless, and there, deep down in that dreadful cauldron of swirling water and seething foam, will lie for all time the most dangerous criminal and the foremost champion of the law of their generation”

The Adventure of the Empty House, La casa deshabitada (1903)

La parte de The Return of Sherlock Holmes inicia con el relato The Adventure of the Empty House.

 En la primavera de 1894 los habitantes de la ciudad de Londres seguían con interés el asesinato del Honorable Ronald Adair en su mansión de Park Lane. Después de que fue forzada la puerta de su habitación, su madre y su hermana lo encontraron muerto por un balazo que le reventó la cabeza. La puerta estaba cerrada por dentro. No se encontró el revolver en la habitación. Había dinero y un papel con los nombres de amigos del club donde jugaba a las cartas. La ventana estaba a veinte pies del jardín y no había signos de que alguien hubiera caído sobre los arbustos.

Watson narra cuando Sherlock Holmes se apareció en su estudio. Le explicó cómo se había salvado tres años antes, que había aprovechado la ocasión para desaparecer del acoso de otros enemigos. Sólo su hermano Microft lo sabía, y se disculpaba con él. Estuvo en Florencia, en el Tibet con los lamas, en Persia, en la Meca y en Khartoum. En Francia pasó algunos meses realizando algunas investigaciones en un laboratorio de Montpellier. Cuando se enteró del misterio del asesinato de Park Lane regresó a Londres y a su departamento de Baker Street que su hermano había preservado intacto. Pero que la señora Hudson tuvo un ataque de histeria al verlo vivo.

Autor Arthur Conan Doyle. Edimburgo, Escocia, Reino Unido. 1859-1930

FichaArthur Conan Doyle. Sherlock Holmes: The Complete Novels and Stories: Volumes I and II: New York: Bantam Books. Random House Publishing Group. 2003. Kindle Edition. Introduction: «ON THE SIGNIFICANCE OF BOSWELLS» by Loren D. Estleman.


*Sherlock Holmes»

Jorge Luis Borges

No salió de una madre ni supo de mayores.
 Idéntico es el caso de Adán y de Quijano.
 Está hecho de azar. Inmediato o cercano
 lo rigen los vaivenes de variables lectores.

No es un error pensar que nace en el momento
 en que lo ve aquel otro que narrará su historia
 y que muere en cada eclipse de la memoria
 de quienes lo soñamos. Es más hueco que el viento.

Es casto. Nada sabe del amor. No ha querido.
 Ese hombre tan viril ha renunciado al arte
 de amar. En Baker Street vive solo y aparte.
 Le es ajeno también ese otro arte, el olvido.

Lo soñó un irlandés, que no lo quiso nunca
 y que trató, nos dicen, de matarlo. Fue en vano.
 El hombre solitario prosigue, lupa en mano,
 su rara suerte discontinua de cosa trunca.

No tiene relaciones, pero no lo abandona
 la devoción del otro, que fue su evangelista
 y que de sus milagros ha dejado la lista.
 Vive de un modo cómodo: en tercera persona.

No baja más al baño. Tampoco visitaba
 ese retiro Hamlet, que muere en Dinamarca
 que no sabe casi nada de esa comarca
 de la espada y del mar, del arco y de la aljaba.

(Omnia sunt plena Jovis.(*) De análoga manera
 diremos de aquel justo que da nombre a los versos
 que su inconstante sombra recorre los diversos
 dominios en que ha sido parcelada la esfera.)

Atiza en el hogar las encendidas ramas
 o da muerte en los páramos a un perro del infierno.
 Ese alto caballero no sabe que es eterno.
 Resuelve naderías y repite epigramas.

Nos llega desde un Londres de gas y de neblina
 un Londres que se sabe capital de un imperio
 que le interesa poco, de un Londres de misterio
 tranquilo, que no quiere sentir que ya declina.

No nos maravillemos. Después de la agonía,
 el hado o el azar (que son la misma cosa)
 depara a cada cual esa suerte curiosa
 de ser ecos o formas que mueren cada día.

Que mueren hasta un día final en que el olvido,
 que es la meta común, nos olvide del todo.
 Antes que nos alcance juguemos con el lodo
 de ser durante un tiempo, de ser y de haber sido.

Pensar de tarde en tarde en Sherlock Holmes es una
 de las buenas costumbres que nos quedan. La muerte
 y la siesta son otras. También es nuestra suerte
 convalecer en un jardín o mirar la luna.
  •   * Todas las cosas están llenas de Júpiter
  • “Sherlock Holmes”,  es uno de los 44 poemas del último libro de Jorge Luis Borges, Los conjurados, publicado en 1985, pocos meses antes de su muerte.