Saber siempre es mejor que no saber.

Detective CHICA“El perro” Lascano

La palabra “precuela” hace referencia a una “obra literaria o cinematográfica que cuenta hechos que preceden a los de otra obra ya existente” (DRAE). La conspiración de los mediocres (2015) del escritor argentino Ernesto Mallo (Argentina, 1948) es la precuela de tres novelas ya publicadas con el subcomisario Venancio Ismael Lascano del Departamento Central de la Policía Federal Argentina, “Federica” para los íntimos: Crimen en el Barrio del Once, El Policía Descalzo de la Plaza de San Martín y Los hombres te han hecho mal. 

“Cuando sonó el teléfono, Rolf Böll supo que hoy vendrían a matarlo”. Así comienza La conspiración de los mediocres, novela que presenta al subcomisario Lascano, como alguien que le gusta caminar con destino fijo por rumbo incierto. Siente  a Buenos Aires, su ciudad, como un animal siente a otro. No por nada lo llaman el Perro”.

Durante la década de los años setenta la “Federica” “que nunca fue una santa”, se había convertido “en el reino de los matones, con Villar a la cabeza, y la calle, en tierra de nadie. Lascano no cree que sea casual que lo tengan apartado de las investigaciones mientras aparecen cadáveres baleados, dinamitados y descuartizados por todas partes con la firma de la Alianza Anticomunista Argentina o Tripleta”, por eso no le sorprende, pero si le enoja, cuando su jefe directo el “Chango” Morales lo manda llamar y le asigna la investigación de un suicidio:

– “Rolf Böll, Alsina 434, segundo A, suicidio. Hacé el informe”.

– “ Chango, con el quilombo que hay en la calle, los peronchos matándose unos a otros, la zurda cargándose a los fachos y viceversa, y vos me mandás a investigar un suicidio

Lascano sale malhumorado de la oficina de su jefe y se encuentra con una joven esperando en la antesala. Pregunta quién es y el secretario le informa, se llama Marisa Frauber, traductora de alemán.

Cuando llega al departamento de Alsina 434, segundo A, Lascano descubre que Rolf Böll no se había suicidado sino que lo habían matado; que Böll tenía otros nombres, que vivía con su esposa y que eran alemanes. Encuentra un cuaderno negro de tapas duras que parece ser un diario escrito en alemán y un singular “gemelo” que “aquí le llamamos mancuerna”.

El diario le da el a pretexto para conectar a Marisa y pedirle que le traduzca el diario. Estas traducciones se irán intercalando con las narraciones de los avances de la investigación del homicidio de Böll y los sucesos que está viviendo Buenos Aires en esos días en que Estela Perón era la presidenta de Argentina*. Por el diario Lascano se entera que Böll había sido un guardia en Auschwitz; que cuenta hechos relacionados con la búsqueda de la “Lanza de Longinus” la que el centurión romano clavó en el pecho de Jesús en la cruz porque los nazis y Hitler especialmente le atribuían gran poder; de cómo Böll escapó de Núremberg junto con otro custodio y llegaron a Argentina; de Mengele, de Eichmann y de agentes del Mossad cazando nazis en Buenos Aires. Y la mancuerna o gemelo completa la información de Böll gracias al profesor Levi de la cátedra de Historia en la Facultad de Filosofía:

-¿De dónde sacó esto?
-De una escena del crimen.
-Schutzstaffel.
-¿Perdón?
-Es un accesorio del uniforme de las SS. Parece auténtico. Esto es un código de la Reichszeugmeisterei, la Oficina Nacional de Control del Material. Todos los proveedores del Reich debían registrarse. A eso se refiere la sigla RZM; M5 es el rubro al que pertenece el objeto y el número 183 identifica al fabricante.
-¿Tenían todo tan tabulado?
-Los nazis tenían la obsesión del control, todo debía ser inventariado, catalogado, registrado; hasta nosotros. Si quiere, en algunos días puedo decirle el nombre del fabricante y la ciudad donde se hicieron.
-¿De verdad?
-Si cree que le va a servir, puedo hacerlo.
-No estoy muy seguro de que sea útil para mi investigación, pero uno nunca sabe dónde va a aparecer la punta que permita desenredar la madeja.
-Saber siempre es mejor que no saber.

Lascano investiga el asesinato del alemán, corteja a Marisa, se enamora de ella y pide unos días de vacaciones para pasarlos con ella. A un Lascano todavía joven, no se le hace extraño que inmediatamente le concedan el permiso.  Parece que no está consciente de lo que está sucediendo a su alrededor, de que no relaciona inmediatamente que el apodo de uno de sus colegas es “el alemán”, de que en el mismo edificio donde él trabaja sus jefes y compañeros se estuvieran confabulando con militares y paramilitares para deponer a la presidenta. Y que durante esos días felices con Marisa, asesinaran al profesor universitario al que acudió para mostrarle la mancuerna. Cuando regresan la ciudad está en shock, el comisario Villar “el Tubo”, jefe de la Policía, había muerto por una bomba colocada en su yate. “¿Y quiénes son estos de la Triple A? Unos parapoliciales que obedecen al ministro López Rega.  El que los comanda es el comisario Villar. ¿El jefe de policía? El mismo.

Perto también, dentro de la policía quieran deshacerse de él: “Cree que es uno de los infiltrados? ¿Lascano?, no. Es un rompebolas que quiere hacer todo con el reglamento”.

 

*Wikipedia: María Estela Martínez de Perón (La Rioja, Argentina, 4 de febrero de 1931), conocida popularmente como Isabelita o Isabel Perón, ejerció la presidencia de Argentina entre 1974 y 1976, cuando fue depuesta por un golpe militar.

Autor Ernesto Mallo. La Plata, Argentina. 1948.

FichaErnesto Mallo. La conspiración de los mediocres. España: Siruela (Nuevos Tiempos). 2015. 168 págs. Kindle Edition.