Leer a Shamini Flint (Kuala Lumpur, Malasia, 1969), es una muy grata e interesante experiencia. Crímenes y procedimientos policiales bien armados. Un detective entrañable. Escritura clara y de pluma ágil. Las digresiones o divagaciones de Singh, son reflexivas e irónicas. Mucha información sobre los contextos, que suelen partir de hechos reales y que muestran historia, vida y cultura de países del Sudeste Asiático: Malasia, Indonesia, Singapur, Camboya, India. Las tramas de los otros dos libros de la serie se desarrollan en China y en el Reino Unido; se narran desde la perspectiva de ese singapurense tan peculiar que es el Inspector Singh.
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Inspector Singh
La serie del Inspector Singh comprende siete thrillers publicados entre 2009 y 2016. La autora también es autora del thriller The Beijing Conspiracy (2019), y de alrededor de cincuenta libros para niños. Su obra es muy popular y ha sido traducida a varias lenguas. La serie Inspector Singh Investigates comprende los siguientes títulos:
A Most Peculiar Malaysian Murder (2009)
A Bali Conspiracy Most Foul (2009)
The Singapore School of Villainy (2010)
A Deadly Cambodian Crime Spree (2011)
A Curious Indian Cadaver (2012)
A Calamitous Chinese Killing (2013)
A Frightfully English Execution (2016)
El inspector Singh es un sij (sikh)* ateo, un hombre maduro, bajo y gordo, que le gusta comer, especialmente curry, y fumar. Es cascarrabias e irónico, con un encanto peculiar. Por sus métodos poco ortodoxos constantemente se enfrenta con las autoridades. Lo soportan por su profundo compromiso por la justicia, traducido en un altísimo número de casos resueltos. Para Singh es más importante la intuición, la persistencia, la comprensión de la naturaleza humana y de las situaciones históricas y sociales de cada región, que la alta tecnología forense.
Singh es detective de homicidios de la División Central de Policía de Singapur. Su rutina de las mañanas empezaba lavándose agresivamente sus dientes desgastados, tal vez por el exceso de cigarro y cerveza. Se mudaba la camiseta y el pareo con el que dormía por una camisa blanca de mangas largas, con un bolsillo a la altura del pecho donde acomodaba más bolígrafos de los que pudiera utilizar; después de vestirse con pantalones oscuros, se ponía calcetines y las impecables zapatillas de deporte blancas, anudando los cordones con doble nudo, calzado que irritaba a su superior el superintendente Chen. El desayuno que le preparaba Mrs. Singh era “chappatis with dahl, a spicy lentil curry for which he had a strong partiality, and the accompanying sweet and milky coffee”, porque, reflexionaba Singh, los asiáticos demostraban sus sentimientos a través de la comida.
Para el fin del día sus colegas veían a un hombre con sobrepeso, con turbante y zapatillas de deporte blancas, que olía fuertemente a curry, cerveza y colonia Old Spice.
*El sijismo (en inglés sikh) es una religión que se desarrolló en India a partir del siglo XV, en el contexto del conflicto entre las doctrinas del hinduismo y del islam. Creen en un dios panteísta, en la meditación espiritual, en la guía del gurú, en la adhesión al “Dharma” (rectitud, valor moral) y en la igualdad entre los seres humanos. Los varones sijes agregan un segundo nombre “Singh”, (león), después de su nombre.
A Deadly Cambodian Crime Spree (2011)
“Only in Cambodia tourist highlights include torture chambers and mass graves”.
El superintendente Chen le notificó a el Inspector Singh que había sido seleccionado por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, ASEAN, para asistir como observador ante el tribunal de guerra en Phnom Penh. Se estaba juzgando a un ex jámer rojo* llamado Samrin, por crímenes contra la humanidad. Samrin había sido comandante de los campos de exterminio de Choeng Elk en las afueras de Phnom Penh. Los principales testigos contra Samrin eran Ta Ieng y Cheah Huon, quienes habían estado en Choeng Elk. Uno de ellos sería asesinado.
“‘Why in the world would you send me?’
‘You like murder investigations, right? After all, aren’t you the Inspector Singh, leading criminal investigator in Singapore? Well, I’m giving you a whole genocide. Think of it as a late Christmas bonus’”
Singh no sospechó que durante su estancia participaría en la investigación de “una ola de crímenes mortales en Camboya”. Adnan Muhammad, enlace de las Naciones Unidas con el tribunal, informó que, dada la relevancia de los asesinatos, el gobierno de Camboya había incluido al singapurense inspector Singh para que colaborara con el coronel Menhay de la policía militar camboyana quien, además, era el encargado de la seguridad del juicio en Phnom Penh.
Ex jemeres rojos estaban siendo asesinados en las calles de Phnom Penh. Un automovilista recorría la ciudad con el rostro y las manos embarradas de barro, para que nadie lo reconociera, para mantener su equilibrio mental. Los asesinaba de un solo tiro en la cabeza, como en una ejecución.
“Some vigilante who was hunting down ex-Khmer Rouge. The death toll had reached ten and a hysterical editorial wanted to know why the police weren’t doing more”.
Las investigaciones de Singh cuentan las historias de víctimas y victimarios y al hacerlo se recuerda los años de los jemeres rojos y su líder Pol Pot entre 1975 y 1998.
Chhean es la traductora que había sido seleccionada para acompañar a Singh. Había crecido en un orfanatorio en la frontera Thai y vivía en continua búsqueda de sus padres desaparecidos.
El juez Sopheap presidia el tribunal que estaba juzgando a Samrin. Buscó a Cheah Huon quien con otros hombres con las piernas amputadas y cicatrices en la cara y cuello vendían postales y libros a los extranjeros afuera del Museo Nacional.
“‘Now, remember.’ Sopheap’s voice had grown cold. ‘I have met your demands. My client expects you to keep your mouth shut. Do you understand?’ There was no hesitation on the part of the amputee. ‘Yes, sir. I understand. Please tell your client that his secret is safe with me’”.
Durante la época de los jemeres rojos Cheap-Huon había trabajado cubriendo las fosas en los campos de exterminio de Choeng Ek, a las afueras de Phnom Penh. En el juicio confesó haber conocido a Samrin, era el supervisor de las ejecuciones en masa. Cheap-Huon fue asesinado con un cuchillo de cocina al día siguiente de su testimonio.
Después de más de treinta años Francois Caudin había regresado a Camboya para buscar a su esposa camboyana y a sus hijos a quienes no les permitieron salir con él, el día de abril de 1975 cuando los jemeres rojos tomaron la ciudad de Phnom Penh y todos los vuelos internacionales fueron cancelados. Acudió a la embajada francesa en Phnom Penh, habló con funcionarios y mostró la fotografía de su familia. Alguien podría recordarlos.
También habían llegado a Phnom Penh el matrimonio del estadounidense Jeremy Armstrong y de la camboyana Sovann. Ella había sido una de las víctimas de los horrores de los jemeres rojos.
Las investigaciones de Singh describen la ciudad de Phnom Penh. El campo de exterminio Choeng Elk lo horrorizó. Los templos hinduistas de Angkor Wat del sigo doce lo maravillaron.
“Like Cambodia itself, this tribunal was becoming a battleground of competing interests”.
℘
El Tribunal para el genocidio camboyano, apoyado por las Organización de las Naciones Unidas, ONU, pretendió juzgar a los líderes sobrevivientes de los crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, perpetrados por los jemeres rojos entre 1975 y 1979 lidereados, por el muy infame Pol Pot (1925-1998). Se les atribuyó la desaparición más de un millón setecientas personas, la cuarta parte de la población del país en esos años.
Wikipedia: 2011. El 27 de junio del 2011 se inicia ante el Tribunal de Camboya el juicio contra cuatro líderes sobrevivientes de los Jemeres Rojos por el Genocidio camboyano en el que fueron asesinadas hasta 2 millones de personas. 2018. El 16 de noviembre de 2018 el Tribunal de Camboya condenó a cadena perpetua por un delito de genocidio a los dos últimos líderes vivos de los jemeres rojos: el “número dos” e ideólogo de la organización comunista, Nuon Chea, de 92 años, y el antiguo jefe de Estado de ese régimen Khieu Samphan.
A Pol Pot (1925-1998) se le atribuyen: torturas sistemáticas, extensas ejecuciones extrajudiciales sumarias, programa de genocidios, evacuaciones, colectivización de la vida cotidiana, ataques a religiones y tradiciones culturales, centros de interrogación y tortura, fosas comunes.
(https://es.wikipedia.org/wiki/Tribunal_de_Camboya. https://es.wikipedia.org/wiki/Pol_Pot Consulta febrero 2025).
*Unas palabras sobre Camboya.
Preăh Réachéanachâk Kâmpŭchéa. El Reino de Camboya en español, Cambodia en inglés, se ubica al sur de la península de Indochina, en el Sudeste Asiático. Su capital en español es Nom Pen, en inglés Phnom Penh. Su lengua oficial es el jemer, en inglés Khemer. La religión oficial es el budismo. El primer imperio jemer data del siglo IX; duró seis siglos; de esta época datan los monumentales templos hinduistas de Angkor Wat.
En el siglo XIX se convirtió en protectorado francés. En 1953 se independizó. La guerra de Vietnam se extendió al territorio de Camboya y propició el dominio del grupo guerrillero de los “jemeres rojos” entre 1975 y 1979. El país estuvo en guerra con los vietnamitas hasta 1991. Desde 1997 gobierna el Partido Popular de Camboya.
El término “Kampuchea” se refiere a los habitantes de habla jemer.
Los jemeres rojos o Khmer Rouge tomaron el poder en abril de 1975, episodio al que se conoce como la Caída de Nom Pen o Caída de Phnom Penh. El líder Pol Pot impuso un férreo control militar sobre la población civil que fue sometida a trabajos forzados. Desarrollaron métodos de detención, tortura, asesinatos en masa. Su dominio que duró hasta enero de 1979, se conoce como “genocidio camboyano”.
(Información tomada de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Camboya, https://es.wikipedia.org/wiki/Jemeres_Rojos. Consulta febrero 2025).
ETIQUETAS: TERRORISMO
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Inspector Singh: a Bali Conspiracy Most Foul (2009)
El segundo de la serie es Inspector Singh Investigates: A Bali Conspiracy Most Foul (Una muy repugnante conspiración en Bali) se desarrolla en Bali, una de las miles islas de Indonesia*.
Las manos de Jimi, sobre el cuero falso del volante de la minivan, estaban húmedas. Le habían asegurado que su papel era fácil, tan solo tenía que esperar el timbre para que retirara su pie del freno, la minivan se deslizaría lentamente hacia el Sari Club. Jimi no tenía dudas, estaba haciendo lo correcto “It was jihad, the ultimate and only war”. “…he would soon get his reward: seventy-two virgins in heaven. Hopefully they wouldn’t all be wearing burqas”.
Al llegar a Bali desde Singapur, el Inspector Singh escuchó y olió sonidos y olores diferentes y ya extrañaba la comida de Singapur. Vio que las playas estaban desiertas y que había pocas personas en las calles. El atentado terrorista había espantado a los turistas.
El Inspector Singh había sido comisionado para apoyar la investigación de los ataques al Sari Club en Bali. Singh había protestado, su especialidad eran los homicidios, no los ataques terroristas. “‘Nonsense! A terrorist attack is just murder on a grand scale. And murder is your speciality” respondieron sus jefes de la policía de Singapur. Dada su reputación, los indonesios pensarían que estaban enviando a su mejor hombre.
La policía de Bali en Denspasar estaba desesperada, habían examinado los escombros muchas veces, lo único que tenían eran los residuos de la bomba en una motocicleta abandonada. Habían pedido ayuda a los australianos, a la CIA, y a Singapur.
Los jefes en Bali decidieron que Singh y la detective Bronwyn Taylor de la Policía Federal Australiana trabajaran juntos. Singh y Taylor fueron llamados al hospital Sanglah donde se ubicaba la morgue de Denspasar. El médico forense doctor Burton les mostró los congeladores, sólo tenían capacidad para doscientos cuerpos; las bolsas con muchos más restos permanecían en el jardín. Esperaban poder realizar las identificaciones con pruebas del ADN que estaban proporcionando los parientes que buscaban a sus desaparecidos. El jefe Atkinson de la Policía Federal Australiana preguntó al doctor Burton si ya les había informado lo que habían encontrado. Burton respondió que iba a hacerlo.
“All right.’ Atkinson gazed at the Sikh policeman appraisingly. Singh supposed he was not a figure to inspire confidence. He was short and fat with an excessive number of pens in the breast pocket of his shirt. His snowy white sneakers were in contrast to the large blue turban on his head. He had a thin upper lip, a pink, moist protruding lower lip and a neatly trimmed beard and moustache, both flecked with white. Atkinson asked, ‘You Moslem?’ Singh was really annoyed now. He said, ‘Not that it’s any of your business, but no.’ ‘Then why’ve you got that hanky around your head?’ ‘Because I’m a Sikh and our people have been turbaned for longer than you’ve had ancestors out of prison”.
El forense les enseñó un trozo de hueso plano. Era la parte de un cráneo, la placa frontal, tenía un agujero en el centro. “A bullet hole,’ said the inspector from Singapore”. El hueso había sido recogido entre los restos del Sari Club: el hombre ya estaba muerto antes de que la bomba explotara.
Las policías indonesias y las internacionales estaban dedicadas a investigar el ataque terrorista, no había recursos ni tiempo para un asesinato, pero tampoco se podía ignorar. Singh y la mujer australiana podían ayudarlos. El cuerpo era de un tal Richard Crouch, caucásico, treinta y muchos, residente en Bali desde hacía seis meses. Su esposa había reportado su desaparición después del ataque. Ella había dejado su foto y el forense había solicitado sus registros dentales al Reino Unido.
“It was time for him to knuckle down and do what he did best – hunt down a murderer”.
Singh y Taylor descubren que Sara y Richard Crouch tenían dos años y medio de casados, que Richard era ingeniero químico, que viajaba mucho, siempre tenía un proyecto en alguna parte del mundo. Seis meses antes le había propuesto a su esposa pasar una temporada en Bali. Y que los Crouch se reunían, poco, con otras dos parejas, los australianos Karri y Tim Yardley, y los ingleses Emily y Julian Greenwood. Pero que Richard se veía más con locales, hablaba la lengua bahasa indonesio, su pasaporte tenía sellos de entradas a países del tercer mundo, América del Sur, India, Pakistán, Indonesia.
Nuri salió de su departamento para ir a Denpasar, la capital. Les dijo a sus hermanos Abu Bakr y Ramzi que iba a comprar la cena. Su esposo Ghani, mucho mayor que ella, seguía buscando un lugar para instalar una escuela religiosa en Bali centrada en las estrictas enseñanzas islámicas. Ghani, de cuarenta y cinco años, su joven esposa Nuri, los hermanos y Yusuf habían llegado a Bali. Provenían de la escasamente poblada isla de Sulawesi en el archipiélago de Indonesia. Nuri no entendía por qué había venido Yusuf.
Bali fue una revelación para Nuri. Ella nunca había visto tanto alcohol, drogas, contactos entre hombres y mujeres; le avergonzaban las muestras de afecto y los turistas escasamente vestidos. Ghani le pidió que dejara de vestir el negro hijab que la cubría de pies a cabeza, porque llamaría la atención en Bali, un lugar difícil para los musulmanes después de los ataques.
Nuri caminó hasta el lugar donde había estallado la bomba, el Sari Club, se espantó por la magnitud de la destrucción y se preocupó porque desde el ataque no había visto a Abdullah.
“Although she could not imagine a circumstance in which a devout Moslem like Abdullah might have been caught up in the nightclub bombings.”
Al final, en la narración de la ceremonia en honor de los fallecidos por el ataque terrorista, se conectan los diversos puntos de la trama. Legian Road o Jalan Legian, la calle principal con tiendas, bares, hoteles y discotecas, próxima a la playa y con una activa vida nocturna, fue llenándose con la multitud que avanzaba hacia el cráter donde había caído la bomba. Hombres y mujeres balineses con sus vistosos “sarongs” anudados a la cintura. Ellos con camisas y los típicos tocados indonesios de seda, ellas con blusas con diseño “kebaya” o «batik». También caminaban turistas occidentales y jóvenes con camisetas y pantalones cortos. Y cientos de sacerdotes hindúes vestidos con “sarongs” de lino blanco caminaban cantando…
“Singh was due back in Singapore in twenty-four hours. His job in Bali was done. He had solved a murder and uncovered a terrorist plot – more by luck than judgement”.
℘
El 12 de octubre de 2002, en el interior y frente al centro nocturno Paddy’s Pub del sector turístico de Bali, se detonaron tres bombas. Murieron 202 personas, 163 turistas y 38 indonesios, hubo muchos heridos. La destrucción de comercios y viviendas fue enorme. La explosión dejó un cráter de un metro de profundidad. Tres miembros del grupo islamita “JI” (Jemaah Islamiya) fueron sentenciados a muerte. (https://es.wikipedia.org/wiki/Atentados_de_Bali_de_2002#:~:text=Los%20atentados%20de%20Bali%20de,extranjeros%20y%2038%20ciudadanos%20indonesios. Consultado el 5 de junio de 2024)
*Unas palabras sobre Bali e Indonesia.
La Isla de Bali es una provincia de Indonesia. Población: cuatro millones de habitantes. Capital: Denpasar. Popular destino turístico y comercial. Famosa por sus playas, su comida y sus artesanos: tallas de madera, tejidos (batik, ikat), orfebrería. Religión: única provincia de Indonesia con mayoría practicante del hinduismo balinés. Lenguas: el oficial indonesio y el balinés.
La República de Indonesia en el sudeste de Asia y Oceanía, comprende más de 17,000 islas, entre ellas Sumatra, Java (donde se sitúa la capital Yakarta), Bali, Célebes, partes de Borneo y Nueva Guinea. Población de alrededor de 280 millones de personas. Es el país con más musulmanes en el mundo. Se independizó del Reino de los Países Bajos en 1945. Lengua oficial: indonesio.
ETIQUETAS: TERRORISMO
The Singapore School of Villany (2010)
El tercero de la serie es Inspector Singh Investigates: The Singapore School of Villany.
La autora desarrolla la trama de “habitación cerrada” alrededor de los miembros de una firma legal londinense en Singapur, una ciudad-Estado con una interesante diversidad multicultural, multirracial y multilingüe (las lenguas oficiales son el inglés, el malayo, el mandarín y el tamil, con el inglés como lengua franca).
El día del asesinato de Mark Thompson, el Inspector Singh de la División Central de Policía de Singapur, desayunó lo que le había preparado Mrs. Singh. Antes de salir le recordó que esa noche había invitado al sobrino de su primo de la India, la familia estaba preocupada, ya tenía más de treinta años y no se había casado.
«He has a job at a big law firm – he’s very successful, very rich. And still no wife! …The boy is coming for dinner. I’m going to introduce him to all the nice Sikh girls in Singapore”.’
“Inspector Singh sucked in a deep lungful of tobacco-laden smoke and headed for the front door. ‘Always you’re smoking – I don’t know where to hide my face!’”.
Al atardecer de ese día Annie Nathan regresaba de Kuala Lumpur. Desde la ventanilla del avión admiró el paisaje de Singapur: un mar con embarcaciones y el paisaje urbano que corría frente al mar lleno de rascacielos y más allá las autopistas con sus puentes elevados, y muchas grúas. Annie adoraba Singapur y su trabajo en el piso sesenta y ocho de la Republic Tower. Annie era socia junior en la internacional y prestigiosa firma legal Hutchinson &Rice.
“Greed was no longer good but – truth be silently confessed in the back seat of a luxury limousine – it hadn’t done her any harm”
Recién había entrado a su lujoso bungalow, se estaba preparando un gin and tonic cuando sonó el teléfono. Era su papá, necesitaba dinero, ella se rehusó, el padre le dijo que podía usar algo del otro dinero. Su respuesta fue tajante: No.
El teléfono volvió a sonar. Era su jefe Mark Thompson. Le pedía que fuera a la oficina.
Mark Thompson era el socio principal de la firma Hutchinson &Rice, australiano de nacimiento con residencia en Singapur, era la imagen de un muy exitoso abogado. Ese anochecer había pasado mucho tiempo en el silencio de su despacho de la Republic Tower antes de realizar siete llamadas.
Quentin Holbrooke llegó al estacionamiento al mismo tiempo que su colega Annie Nathan. Se preguntaron por qué los había llamado Mark. Annie vio a Quentin viejo y cansado y su tarjeta electrónica de ingreso no funcionaba, Annie sacó la suya. Subieron al piso sesenta y ocho. Annie le dijo a Quentin que se adelantara.
El tercer socio en llegar fue Jagdesh Singh. Luego llegaron los otros socios Ai Leen, Reggie Peters y Stephen Thwaites, el segundo socio principal.
Mark Thompson estaba tirado en el piso de su oficina. Había sido asesinado. Lo golpearon repetidamente en la cabeza con el pisapapeles que tenía sobre su escritorio.
Maria Thompson era la joven segunda esposa de Mark. Una bella filipina. Y había una primera señora Thompson muy enojada.
Los abogados vieron llegar a un hombre con sobrepeso, con turbante y zapatillas de deporte blancas, que olía fuertemente a tabaco, curry, cerveza y colonia Old Spice.
El detective se acomodó en una de las salas de juntas y empezó a llamar a los abogados, uno por uno.
“As Singh had suspected, Mark Thompson had put in a call to every single one of his partners that evening, commencing with Stephen Thwaites”.
Uno de ellos debía de ser el asesino. Al día siguiente llegó David Sheringham desde Londres para hacerse cargo de la situación. Le dijo a Sing:“Mark believed that one of the directors of a Malaysian client company, Trans-Malaya Bhd., an infrastructure development outfit, was insider dealing. He wanted to withdraw from the transaction”
El superintendente Chen, el superior del inspector Singh, le recordó que el asesinato de un expatriado en Singapur representaría un golpe terrible para la reputación cuidadosamente cultivada. Un país que, a pesar de su gran desarrollo económico, castigaba el homosexualismo y el consumo de drogas con la pena de muerte,
“Singapore used the “long drop” method of hanging, which causes a cervical fracture in the neck and almost instantaneous paralysis and unconsciousness”.
En un momento el Inspector Singh dijo: ‘All I can say is that we have enough bloody red herrings to fill an aquarium’, (gracias por esos red herrings por los que sabemos más de las personalidades de los protagonistas, de la trama, y de Singapur).
ETIQUETAS: POLICIACO. HABITACIÓN CERRADA.
Shamini Flint (Kuala Lumpur, Malasia, 1969)
Shamini Flint. A Deadly Cambodian Crime Spree: Inspector Singh Investigates. NY: Minotaur Books. 2010. 320p. Kindle.
Shamini Flint. Inspector Singh: a Bali Conspiracy Most Foul. NY: Minotaur Books. 2011. 294p. Kindle.
Shamini Flint. The Singapore School of Villany: Inspector Singh Investigates. NY: Minotaur Books. 2010. 320p. Kindle.
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