Eitaro Imanishi
El escritor japonés Seicho Matsumoto (1909-1992) ubica su novela 砂の器 Suno no utsuwa, El castillo de arena (1961), en Tokyo, hacia 1960.
En la comisaría de Shinagawa de Tokio se instaló el equipo de investigación del asesinato de la primera víctima, de unos “cincuenta y cinco años y parecía un trabajador humilde…”. Se le había visto en el bar Tory, lo que “demostraba que no podía permitirse un sitio más refinado”. Las únicas pistas que tenían eran que había estado acompañado por un hombre más joven, de unos treinta años, que hablaban con un acento diferente al de Tokio, y que repetían un nombre, “Kameda”. Un apellido común en una región del mismo nombre en el noroeste de Japón. “Los inspectores iban de un lugar a otro día tras día haciendo pesquisas y regresaban a la comisaría agotados, sin poder disimular la frustración. Uno de ellos era Eitaro Imanishi”.
Eitaro Imanishi tenía cuarenta y cinco años. La estancia de su casa medía cuatro tatamis y medio. Tenía que ir a los baños públicos porque “para tener bañera, los Imanishi tendrían que ampliar la casa, y les resultaba difícil ahorrar el dinero suficiente”. Su esposa Yoshiko le preparaba el sake caliente, los cuencos de arroz, el sukiyaki, el sashimi de pescado salado, rodaballo o lubina. Su hijo Taro tenía diez años y su hermana, Oyuki alquilaba habitaciones. Escribía haikús* y ya no tenía más sitio para los bonsáis que cultivaba en su pequeño jardín.
La investigación policiaca estaba fracasando y tuvo que suspenderse semanas después. Pero Eitaro Imanashi era obstinado y con buen ojo para los detalles. Además, sucedieron otras muertes.
Eitaro Imanashi se movía en metro en la ciudad. En trenes, autobuses y taxis cuando viajaba para investigar en ciudades y pueblos por todo Japón. De norte a sur, y de este a oeste. En la región de Kameda, productora de fideos secos, investigó a un forastero que estuvo todo un día “…quieto frente al lugar donde secan los fideos”. Eitaro escribió el haikú “Los fideos secos se mecen entre los verdes brotes y resplandecen”. La costa del mar de Japón, que tiene un color más oscuro que el océano Pacífico, le inspiró otro haikú: “Viaje al norte. El mar, un azul oscuro, un verano aún joven”. En la región de Kamedake conoció a un fabricante de ábacos que le habló de la convención anual de poetas.
En la estación de tren de Iwaki vio a un grupo de cuatro jóvenes con maletas que eran asediados por reporteros y fotógrafos, “informalmente arreglados, al estilo de los intelectuales modernos” pensó Eitaro. Eran miembros del grupo “Nouveau”. “El de la camisa negra era Eiryo Waga, compositor. Junto a él estaban el dramaturgo Toyoichiro Takebe, el crítico Shigeo Sekigawa y el pintor Mutsuo Katazawa”. Todos menores de treinta años.
Eitaro era respetuoso al pedir favores a colegas y médicos forenses. Escribió innumerables cartas a otras comisarías, a los registros civiles, y a personas que iban apareciendo en su investigación.
Se conoció el nombre del primer hombre asesinado y se sucedieron otras muertes, que Eitaro fue relacionando con el grupo “Nouveau”: la camarera Emiko Miura que quería tener su bebé. Rieko Naruse “La chica de la ventisca de papel”, que esparció pequeños trozos de papel blanco desde las ventanillas de un tren, que era secretaria del teatro de Vanguardia, y que había robado el impermeable utilizado por el joven actor Kunio Miyata quien aparentemente había muerto por un infarto.
En un final clásico de las novelas policiacas, las muertes se explican por el timbre que se propaga por el espacio a través de las ondas sonoras, sonidos que si se emiten a ciertas frecuencias pueden ser desagradables para el oído humano. “Me gustaría destacar que se trata de un método que nunca habíamos visto”.
Seicho Matsumoto empezó a escribir a los cuarenta años. Hasta su muerte, a los ochenta años, escribió cerca de 450 textos. Sobresalen sus 推理小説, suiri shōsetsu, literalmente “ficción de razonamiento deductivo”.
*Haikú: poema breve de 17 “moras” o sílabas. Se compone de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas. “Moras”: unidad que mide la duración de los segmentos fonéticos que componen la sílaba.
ETIQUETAS: POLICIACO.
Seicho Matsumoto (Kokura, Kitakyūshū, Japón, 1909-1992)
Seicho Matsumoto. El castillo de arena. Barcelona: Libros del Asteroide. 2023. 373 págs. Edición Kindle.
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