Detective CHICAJonas Brand

Jonas Brand vive en Zurich. Tiene treinta y ocho años. Es videoreportero freelance y cineasta frustrado que busca cómo producir su propia película, “Montecristo”, una adaptación de la novela de Alejandro Dumas ambientada en nuestra época.

Le gusta coleccionar objetos, indiscriminadamente, uno de ellos una estatua vietnamita con un cajón oculto donde guarda dinero, cuando lo tiene.  Un día tiene que dejar doscientos francos a la mujer que le ayuda en la limpieza de su departamento, en su billetera tiene un billete de cien francos, lo deja sobre la mesa de la cocina, va a su recámara y saca de su estatua vietnamita otro billete de cien francos.  Regresa a la cocina mirando el billete  “A la derecha, el retrato de Alberto Giacometti, a la izquierda, la escultura más famosa del artista suizo, L’homme qui marche, «El hombre que camina»” en la parte inferior los números de la serie: 200 44 88”.  El billete que había dejado sobre la mesa de la cocina había volado por una ráfaga de viento, el “foehn”. “Lo recogió y lo examinó. Las cifras finales eran 200 44 88”.

Alguno de los dos billetes tenía que ser falso.  Brand los lleva a la sucursal del General Confederate Bank of Switzerland donde tiene su cuenta.  Pregunta cómo pueden dos billetes tener el mismo número de serie, imposible, dice el funcionario del banco, pero asegura que ninguno es falso, los fotocopian, aunque es ilegal fotocopiar billetes, para que el banco inicie la averiguación.

Días después, regresa a su departamento después de haber pasado la noche con Marina Ruíz.  Su departamento había sido asaltado, corre a la estatua vietnamita.  Ahí estaban los dos billetes de cien francos con el mismo número de serie.  Investiga y pregunta. Coromag era la imprenta de alta seguridad que imprimía los billetes de banco para muchos países, entre ellos Suiza.

En vez de respuestas se suceden coincidencias extrañas. El hombre que había muerto en el tren en que viajaba tres meses antes, era empleado del mismo banco. Después de años de presentar su proyecto, la empresa fílmica Moviefonds, le otorga los fondos y el equipo para la filmación de su película.  Un viaje a Tailandia para buscar escenarios de la película pudo terminar como El conde de Montecristo.  De regreso a Zurich, los funcionarios más altos del General Confederate Bank of Switzerland lo buscan. Y Marina Ruíz lo traiciona

“—A veces —dijo ella—, a veces hay que traicionar a alguien para protegerlo”.

Al final, parece que a veces también, para proteger un sistema, en este caso el sistema financiero suizo y por lo tanto el global, hay que traicionar ciertas verdades.

El tema de la novela del autor suizo Martin Suter sucede en el ámbito financiero suizo. Fue escritor de columnas financieras antes de dedicarse de tiempo completo a escribir y publicar.

La información que da el autor sobre la impresión de los billetes, dinero o moneda es muy interesante. Y la advertencia de que investigar ciertos incidentes traería consecuencias a nivel mundial, es muy real.

AutorMartin Suter. Zúrich, Suiza. 1948.

FichaMartin Suter. Montecristo. Barcelona: Libros Del Asteroide. 2015. 320 págs. Kindle Edition.